Jacinta Ranceze: un ejemplo de vida

Por Naim Haegeli (estudiante de periodismo Undav)

Jacinta Martínez Ranceze no es una deportista más, tiene 17 años y padece de Síndrome de Down. Sin embargo, ella se dedica al nado sincronizado desde muy joven y ya es campeona en la categoría Nacional y en competiciones europeas de manera individual y en Equipos.

El año pasado obtuvo la medalla plateada en el Open Europeo de Nado Sincronizado en el rubro Técnico y en el Artístico y en la edición de este año revalidó el mismo puesto. También compitió en el mundial de Nado Sincronizado para personas con Síndrome de Down en el año 2018, en el rubro Técnico y Libre, en el que terminó en el segundo puesto. Sin embargo tomó revancha y pudo coronarse campeona en esta edición, llevada a cabo en España.  A pesar de de corta edad y de su discapacidad, “Jachu”, como le dicen sus amigos y familiares, ya tiene chapa de campeona. Su próxima competición será en Turquía, para participar del Trisome Games que será a partir del 30 de marzo al 7 de Abril.

Jacinta comenzó en el mundo del nado en el 2016 y de ahí en adelante nada ni nadie la detuvo. Al principio, practicaba tres veces a la semana, 40 minutos por día. Luego fue incrementando sus horas y días de clases hasta que Gabriela Vigliano (quien es?), la vio moverse dentro del agua y la invitó a sumarse a la disciplina de nado sincronizado que la terminó por conquistar. Jacinta considera que sus familiares la apoyaron en la decisión de querer hacer este deporte, quienes se vieron asombrados por el talento que obtiene su hija día a día.

Sus padres se encargan de todos los gastos que se requieren: los mantenimientos que implican las clases de nado sincronizado, los viajes para disputar las competiciones, los vestidos, etc. Sus padres realizan un gran trabajo, ya que hoy actualmente no hay una federación que trabaje en deportes para personas con síndrome de Down. Jacinta también enfrenta problemas para competir, ya que tuvo que disputar torneos con personas de diferente capacidad y hasta  viajó varias veces sin su entrenadora para los torneos en el exterior, casos de los que se ocupó su madre. A pesar del esfuerzo que realizan tanto sus familiares como sus entrenadores, Jacinta disfruta de lo que hace. Ya es una promesa de este deporte.