Una enfermedad que traen ricos para contagiar pobres

“Las personas que ingresan al país y que hayan permanecido en zonas de transmisión del nuevo coronavirus (China, Corea del Sur, Japón, Irán, Europa, Estados Unidos, Chile y Brasil) deben realizar un aislamiento preventivo durante 14 días y no concurrir a lugares públicos como ámbitos laborales, recreativos, deportivos y sociales. Al tratarse de un aislamiento preventivo, en caso de requerir retornar a su lugar de origen, si la persona está asintomática puede hacerlo. Las recomendaciones son dinámicas en función de la evolución de la situación local y global” afirmaba el Ministerio de Salud de la Nación, el pasado 13 de marzo.

Seis días más tarde, en la localidad de Moreno, se encendieron las alarmas. Ingresó un paciente a la UTI con Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG). Siguiendo el protocolo como caso sospechoso, a las pocas horas pudo comprobarse que se trata del segundo caso confirmado en la localidad del Oeste de coronavirus: corresponde a un hombre de 24 años de edad  que había regresado de EEUU el día 13 de marzo, no cumplió la norma de aislamiento y concurrió a una fiesta el día 14 de marzo donde hubo alrededor de 100 invitados. El paciente se encuentra en aislamiento internado en una institución en CABA.

Al consultar con fuentes que siguen el caso, nos informaron que de los 100 invitados a la fiesta del 14 de marzo muy pocos concurrieron a hacerse los controles correspondientes, el municipio tuvo que hacer un esfuerzo adicional para ubicar a los asistentes y  que estos colaboraran en esta lucha contra el virus que tiene en jaque al mundo.

Aquí mi reflexión: es necesario decretar el Estado de sitio, para que nadie pueda moverse. El gobierno nacional, las provincias y los municipios hacen esfuerzos sobrehumanos, pocas veces visto. Sin embargo, ciertos círculos se sienten arrogantes. Creen que una pandemia solo afecta a pobres y desamparados.

Estamos ante un enemigo que no conocemos, sí, ante un enemigo. Esto es una batalla que entre todos debemos ganar, desde hace días se suplica: #QuedateEnCasa. Sin embargo, muchos no quieren ver la realidad, creen que su barrio está cerrado aún para la Pandemia.

Es por ello que en el marco de la emergencia sanitaria nacional, provincial y municipal, la intendenta Mariel Fernández dispuso nuevas medidas locales con el objetivo de evitar la circulación y propagación del Coronavirus Covid-19.

La nueva norma establece que el aislamiento social, preventivo y obligatorio rige también para propietarios y habitantes de barrios cerrados, countries, clubes de campo, condominios, inmuebles sujetos al régimen de propiedad horizontal y/o cualquier otro tipo de emprendimiento inmobiliario y/o aglomerado poblacional que se encuentre en el Partido de Moreno. Esto significa que prohíbe el uso de espacios comunes, gimnasios, piscinas, plazas, canchas de fútbol y otro cualquier espacio de uso múltiple dentro de las unidades funcionales-viviendas mencionadas.

Tan soberbios se muestran algunos que hay que legislar para desalentarlos, Actúan como si en un barrio cerrado fuera imposible limitar la salida, el fútbol o los chicos en las plazas. No son noticias falsas, es una realidad. Lo vemos entrar a los súper y no parar hasta vaciar las góndolas. Sin embargo, llega el atardecer y nos damos cuenta que este virus nos pega a todos por igual: nos arrebata lo más preciado, el contacto real.

Hoy tenemos una oportunidad, la oportunidad de parar. De a poco nos convertimos en una sociedad en donde la productividad y el consumo priman por sobre nuestra esencia como seres humanos: la solidaridad. Dejemos de pensar en nuestras cuentas bancarias, en el bolsillo lleno, pensemos en nuestra familia, en la mesa familiar, en compartir la llamada que hace el maestro a nuestros hijos y ayudarle a hacer la tarea escolar. Debemos aprender a cuidarnos como humanidad, no ser egoístas y creernos imprescindibles. La felicidad está al alcance de nuestras manos, debemos estar unidos, sin importar clase social, sexo, religión o ideas políticas

El Covid-19 detuvo el mundo, la economía, no dejemos que detenga nuestros sueños, nuestras vidas, mientras estamos en casa, pensemos lo valorable que es el abrazo fraterno, el apretón de manos, la comida en familia, el asado entre amigos.

Por eso te pido: #QuedateEnCasa

Gabriel Brito