El ojo crítico

Por Federico D´Auro.

Apasionado y de profesión fotógrafo, Fernando Aceves nos cuenta sus vivencias en el mundo del rock y el jazz.

Gustavo Cerati.

Durante la presentación del concierto sinfónico en el auditorio nacional de la ciudad de México Fernando se encontraba desde temprano en la sala y solicitó permiso para poder hacer algunas fotos durante el ensayo y prueba de sonido, Gustavo accedió a cambio de no molestarlo ya que necesitaba cierta concentración ese momento porque se encontraba conociendo la sala y viendo ciertas cuestiones de la acústica del lugar. Luego de unos minutos Cerati tomó asiento exactamente al centro de la orquesta allí donde se coloca el director, Fernando ve que el guitarrista comenzó a
prepararse un te con limón y miel por cuestiones de la voz. Con la cámara en la mano se fue acercando muy cauteloso hasta tener al guitarrista enfrente y Gustavo solo sonrió hacia la cámara. Esa es una imagen muy intima ya que fue tomada con un lente de 35 mm con un gran angular que para lograr un buen retrato tenía que de forma obligada estar cerca al momento del click, eso hizo que la imagen sea tan intima y sobre todo darle contexto. Con los años la fotografía fue tomando una especie de buqué como los vinos.

Si bien a Cerati lo ha fotografiado desde año 93 en aquel lejano gimnasio Juan de la Barrera durante la gira de presentación de Dynamo que en aquella presentación de Soda Stereo coincidieron con la banda local La Lupita, Fernando lo acompañó a lo largo de toda su carrera solista incluso durante un post concierto han charlado sobre el trabajo del fotógrafo donde Gustavo con un buen feedback le indicó que le gustaba, como eran los ángulos que prefería y al finalizar esa charla el músico le comentó que tenía con que, refiriendo al ojo del fotógrafo.

David Bowie.

Durante tres jornadas en al ciudad de México en octubre de 1997, Fernando fue el encargado de acompañar a Bowie en una experiencia breve pero sustanciosa y sobre toda muy humana y fraterna. Destaca que un personaje de su influencia artística también sabia ser un ser humano coherente con los pies en la tierra y con mucha pasión por la vida. “El tipo no tenia esa aura de rockstar que podía tener Jagger o McCartney estabas viendo mas bien un músico a un artista multidisciplinario, nunca se subió al personaje, este tipo de músicos mainstream leyendas suelen no salirse del personaje y en el caso de Bowie era un tipo relajado que durante esos días se dedicó a conocer y a observar” confesó Fernando donde retrató esa casualidad sin una producción de por medio, simplemente disfrutar.

A David lo volvió a ver en el Carnegie Hall de la ciudad de Nueva York seis años después y solo le dijo: “Fernando, fui demasiado feliz en México”.

The Rolling Stones.

Enero de 1995 y por primera vez desembarcaba el clásico grupo británico en México. Durante el segundo concierto de la gira Voodo Lounge se generó una historia gracias a una fotografía, en ella se lo ve a Mick Jagger en primer plano rindiéndole tributo a la clásica lengua Stone y a Keith Richards que acompaña perfectamente la escena.

Fernando estaba situado en el extremo derecho del escenario sobre la barricada, sus colegas se encontraban al centro del escenario lo que a su entender acortaba recursos. Desde su posición tuvo una visión mas amplia con su lente, mas posibilidades y mayor perspectiva para obtener mejores fotografías. Toda esa secuencia la vio pero no estaba seguro de haberla registrado, (tiempos de fotografía analógica) se quedo pensando mucho en esa imagen hasta el otro día al momento de revelar donde confirmó que si estaba en la película.

Es por eso que Fernando se pregunta que tanto tiene que influir la tecnología para que una fotografía sea espectacular, estamos hablando de casi 25 años atrás.

Previamente a los conciertos se realizó una sesión fotográfica durante la grabacion del video “I Go Wild” en el ex Templo de San Lázaro de la época de la colonia en el barrio de La Candelaria De Los Patos, situado en la Ciudad de Mexico, se comenta que en ese lugar Hernán Cortes guardó su arsenal ni bien llegó a la ciudad por otro lado también en algún momento funciono como leprosorio y aunque nunca se utilizo como iglesia su casco remite a una gran catedral. Fue memorable la combinación de las culturas ya que estaban los Stones en un ambiente totalmente ajeno a o que pudieron haber hecho antes mimetizados completamente con las piedras donde el abrazo para las culturas fue perfecto.

Jazz.

El jazz se convirtió en una forma de vida para Fernando, en cuanto a su que hacer fotográfico el estilo le permitió de alguna manera no abandonar el rock como fotógrafo ya que llegó un momento en el que luego de muchos años se dio cuenta que estaba comiendo un chicle al que se le había ido el dulce hace mucho, el trabajo era prácticamente mecánico con mucho oficio y profesionalismo pero todo se volvía lo mismo y ya no había una motivación clara. Los conciertos habían dejado de ser referentes y cada vez fue mas difícil recordar uno como algo memorable o como una referencia.

Su amigo Fernando Toussaint quien supo ser el director del Festival de Jazz de la Riviera Maya le presentó la escena local de jazz dando inicio a un aprendizaje que lo llevaría a la documentación fotográfica del género con sus atmosferas, momentos y músicos como parte de ese mosaico.

Fernando siente admiración por Jim Marshal quien se involucró en el mundo del jazz y trabajó con gente como Thelonious Monk y basta solo con mirar su libro que simplemente se llama Jazz donde uno se da cuenta de lo que el tipo hizo con el genero, de hecho es un artista completo y experto en capturar atmosferas y detalles como lo es Fernando en el mundo del Rock.