Argentina: Para buenas noticias siempre está la OCDE

Según el organismo, Argentina tendrá una recesión más profunda que las principales economías del mundo

Por Maximiliano Peluso

Si algo nos faltaba este año eran las buenas noticias. El problema, es que no las vamos a conseguir ni pidiéndoselas a Papá Noel, sencillamente porque no existe. Salvo que aparezca alguno de carne y hueso que le tire una mano al país para salir de un atolladero, que algunos entendidos avizoran como dificultoso.

Recientemente salió publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) un volumen sobre las perspectivas económicas para el mundo en estos tiempos de pandemia, y en lo que se avecina para el futuro. Y para la Argentina no pareciera haber nada prometedor en el camino, o al menos, no va a ser de “lozas amarillas”, ni es posible que encontremos al Mago de Oz al final del recorrido.

Según este estudio, la economía argentina será la que mayor recesión tendrá entre los 46 países que el estudio analiza, con una caída de 12,9%, seguida por España con el 11,6% y el Reino Unido con el 11,2%. Tan sólo China, Corea e Indonesia tengan balances positivos respecto a este año.

En términos generales, la OCDE confía que la economía mundial cobrará impulso en los próximos dos años, y prevé que el producto bruto interno (PBI) alcance los niveles pre pandemia recién a finales del 2021. En fin, muy buenas noticias…

Para nuestro país, el foco de la OCDE está puesto en el efecto negativo que tuvo la prolongada cuarentena y los desequilibrios macroeconómicos producto de la emisión monetaria, aunque ponderó positivamente las medidas de protección a los hogares (como el IFE) y a las empresas (ATP) promovidas por el Estado para paliar la pandemia, pero que trajeron, según este informe, un alto costo fiscal.

De acuerdo con este informe: “El largo encierro ha afectado gravemente a los servicios turísticos, de ocio, sanitarios, sociales y personales de gran intensidad de mano de obra. El empleo ha disminuido notablemente, en particular entre los trabajadores poco calificados y los trabajadores informales. Esto pesa sobre los ingresos de los hogares y frena el consumo privado, a pesar de algunas mejoras recientes, entre ellas el gasto en bienes duraderos. La limitada reapertura que comenzó a finales de abril permitió un repunte de la actividad manufacturera y de la construcción”.

También destaca el informe los esfuerzos que se han hecho, en materia fiscal y financiera para reactivar la economía: “La política fiscal ha apoyado a los hogares pobres y vulnerables mediante primas únicas, pagos en especie y el refuerzo de las prestaciones de desempleo (1,5% del PBI), los subsidios salariales y la reducción de las obligaciones fiscales de la nómina han ayudado a algunas empresas, compensando parcialmente los costos de una prohibición generalizada de los despidos durante 240 días. La respuesta a la crisis ha exacerbado el elevado déficit fiscal, que se ha financiado mediante transferencias del banco central, y la oferta monetaria ha aumentado considerablemente. Los recientes anuncios de políticas sugieren que se están haciendo más esfuerzos para aprovechar los mercados de capital nacionales y que se depende menos de la financiación monetaria en el futuro”.

Por este motivo, el organismo cree que la recuperación argentina será lenta, y sobre todo que será muy difícil recuperar el nivel de empleo pre pandemia: “las quiebras y las pérdidas de puestos de trabajo aumentarán una vez que expiren los actuales subsidios salariales para los trabajadores del sector estructurado y la prohibición de los despidos. Esto se sumará a la elevada tasa de desempleo y debilitará la demanda interna.”.

Entre los mayores riesgos que avizora la OCDE, y creo que la mayoría de los argentinos, están la aceleración de la inflación, una devaluación desordenada, y un aumento de los casos de COVID que hagan necesaria una nueva cuarentena. Pero el informe no se queda sólo en una enumeración de malas noticias, también agrega una serie de recetas que deberíamos seguir para amortiguar el impacto de lo que se viene.

Entre las propuestas de la OCDE están los cambios en la estrategia sanitaria, en la política económica y en la situación institucional. Algo fácil en un país como el nuestro. En lo sanitario, propone una estrategia de rastreo de casos que permita levantar el aislamiento en todo el país, para evitar retrocesos hacia una nueva cuarentena, lo que agravaría la situación económica y fiscal. En la política económica, el planteo de la OCDE es que el gobierno presente una “estrategia fiscal creíble” centrada en la mejora del gasto público y en las exenciones fiscales regresivas, que permitan reducir los desequilibrios macroeconómicos. Y por último, recomiendan fortalecer la confianza de la ciudadanía en las instituciones públicas, incluido el poder judicial.

Como sea, el gobierno argentino tiene una tarea titánica por delante, no sólo para enfrentar los desafíos sociales generados por la pandemia, sino también los económicos que trascienden incluso a la pandemia en sí misma. Lo cierto, es que es más que necesario que se pueda avizorar una meta, un plan, un lugar de destino, que traiga un poco de tranquilidad a todos, y que permita a la gente, sobre todo a los que están desempleados, o la están pasando muy mal, tener alguna certidumbre positiva para el futuro próximo.

Fuente: Perspectivas Económicas de la OCDE, volumen 2020, número 2.