¿Volvemos a cerrar las fronteras?

El gobierno analiza cerrar la frontera con Brasil por aumento de casos de COVID19

Por Trinidad López

Foto La Nación

“Otra vez nos encierran”! fue mi primera reacción al leer la noticia. Porque además ya se viene amenazando con volver a tomar medidas de aislamiento si aumentan los casos. Quizás soy un poco exagerada, pero la realidad es que a veces las decisiones del gobierno, al que apoyamos una gran mayoría de los argentinos, no se entienden.

Si bien puede preocupar la llegada de una nueva cepa, lo que estaría preocupando en este momento al comité de expertos que preside el Ministro de Salud, Ginés González García, es el aumento de casos en el país vecino de Brasil. No solo para nosotros, por la cantidad de turistas argentinos que viajan en esta época, sino además por el comercio entre estos dos países y en el Mercosur en general.

Pero lo que a mí en particular me preocupa, es la política errática que está llevando el gobierno, en los últimos meses, con un discurso que a veces hasta parece bipolar. Por un lado, nos están todo el tiempo pidiendo que nos cuidemos, lo cual esta bien, pero por otro lado suceden cosas como la de hoy en la Salada, dónde miles de personas estaban amuchadas, sin barbijo y sin distanciamiento social.

Foto infobae.com

Supuestamente se está alertando sobre una leve suba de los casos en nuestro país, pero cuando tenemos que poner las cosas en su punto dejamos flancos abiertos para que nos peguen de todos lados. Y por más que uno quiera defender las políticas de cuidado del gobierno, cosas como estas hacen que sea una tarea titánica. Por eso, el problema, cómo en tantas otras cosas, no es tanto si cierran o no, sino el tener una política sólida y consistente en lo que se hace, y no volver constantemente sobre nuestros pasos, porque pareciera que no se tiene rumbo. Lo peor que puede pasarle a un gobierno no es errar en una medida, porque eso puede pasarle a cualquiera en política, ya que la política no es una ciencia exacta, lo que no puede pasar, es que se perciba una falta de rumbo, de timonel, y que se pasan las decisiones en función de cómo dan las encuestas, porque esto no sólo daña al proyecto político, sino que nos daña a todos por igual.