Arrancó la vacunación con la vacuna Sputnik V, y el gobernador Kicillof fue el primero en recibirla
Por Maximiliano Peluso
Está última semana la política argentina fue un Cabaret, digno más de chistes de Jorge Corona que de una verdadera discusión en torno a un tema delicado como lo es la salud pública, armando una verdadera “ensalada rusa” de fin de año. La oposición, rabiosa, salió a cuestionar la vacuna que, por ahora, es la única de la que puede disponer el gobierno, en lugar de aprovechar la ocasión para una discusión más profunda sobre las necesidades a encarar en el sector en la etapa que se viene.
Aún así, con mucho esfuerzo y a contra reloj, hoy se comenzó a vacunar en todo el país, y el primero en recibir la Sputnik fue el gobernador bonaerense Kicillof. Hubo que llegar a esto para despejar cualquier duda acerca de la eficacia y la inocuidad de la misma, aunque, por otro lado, aún hay muchos grises que el gobierno deberá ir aclarando durante el proceso si quiere lograr convencer a la población que la decisión tomada es la más acertada.
Porque más allá de lo que piense la oposición, lo cierto es que mediáticamente se viene atacando el uso de la Sputnik, y mucha gente duda de la vacuna, no porque sea antivacunas sino, algunos sólo porque las trae el kirchnerismo (quizás los más obcecados), y otros, sencillamente porque el discurso que reciben como comunicación oficial no es claro y contundente.
Por ahora arrancamos a vacunar, y esa es una buena noticia. Hay mucho camino que recorrer, y muchas luces que arrojar. El peronismo deberá recurrir a la máxima del General Perón acerca de que la mejor manera de conducir es a través de la persuasión, conducir por la fuerza, en un tema tan delicado, puede generar no sólo el efecto contrario, sino aumentar la desconfianza de quienes no son opositores. Además, no se puede vivir a las trompadas con la mitad del país que piensa diferente a nosotros. Lo más saludable es conducir desde la templanza y no desde el enojo.