Larreta arranca el año con todo contra la CABA
Por Trinidad López
Horacio Rodríguez Larreta empieza el 2021 con subas en el ABL, subte (que pasaría a costar $31), y el famoso proyecto de estacionamiento medido en toda la ciudad. Per so eso sí, no tienen empacho en pasear por todos los medios a los economistas de derecha para decir que quien ajusta es el gobierno.
La realidad es que todos los años, desde la era PRO en el gobierno de la ciudad, el aumento de ABL se hace sentir para todos los porteños. Este año, la nota de color, es que quieren echarle la culpa de todos los aumentos a la quita de la coparticipación que hizo Alberto para repartir entre todas las provincias, y que le había sido otorgada, fraudulentamente, por Mauricio Macri. De eso no hablan.
Pero no les alcanza con el ABL, también hay subas en el subte, la VTV, patentes y todos los impuestos y tasas municipales. A su vez, entra en vigencia el viejo proyecto de Horacio y sus amigos, de convertir toda la Ciudad de Buenos Aires en un gran estacionamiento privado. El proyecto, prevé grandes zonas donde se va a tener que pagar por estacionar en lugares que hasta hoy son gratis. Sólo quienes vivan en la zona, y se anoten previamente, van a estar eximidos de pagar el estacionamiento en la vía pùblica.
Lo ridículo de todo esto, es que utilicen la vil excusa de la coparticipación para pegar un recorte a los bolsillos de los trabajadores de la ciudad, porque el aumento del subte y de las tasas municipales afectan siempre a los que menos tienen. La “gente de bien” de la ciudad no tiene problemas, estaciona sus autos en garages particulares o privados, pero quienes tienen que moverse cotidianamente por la ciudad van a sufrir la tijera podadora de Horacio.
Cómo contraparte, el Gobierno Nacional pone en escena la necesidad del valor social de la internet y la telefonía celular en tiempos de pandemia, y reguló una tarifa reducida para que llegue a más personas y que el acceso al estudio y la conectividad sea un derecho y no una mercancía para unos pocos. Dos países, dos realidades, una la de los negocios de los “chicos PRO”, y la otra, la de nuestro pueblo, y un presidente que hace lo posible para que vivamos cada día un poquito más felices.