A través de las redes nos enteramos de estos actos de amor que se van contagiando, si bien vimos ya a muchos padres que se afeitan la cabeza en honor a sus hijos que están pasando por un tratamiento de cáncer. Otros están dando un paso más allá.
Ante la tristeza de los niños por el cambio de su aspecto , por sentirse diferentes al resto de sus amigos, encuentran en sus padres a pequeños héroes que se tatúan para mostrarles que una cicatriz, una enfermedad o una incapacidad no los hace distintos para que no se sientan avergonzados ni acomplejados.
Un gran gesto de amor incondicional a estos padres y que los acompañan para que esas cicatrices se transformen en una marca de valentía y superación.