Jorge Calzoni propone, en una ajustada síntesis, cinco grandes objetivos para la Ciudad de Avellaneda: promover los desarrollos locales a partir de industrias culturales, de turismo, tecnología y cooperativas; recuperar los Consejos Vecinales de Seguridad; integrar todo el sistema de salud y sanitario cuyos problemas, la pandemia, los puso de manifiesto; integrar todo el sistema educativo que está muy fragmentado y alentar la participación ciudadana” y afirma: “Hay que recuperar las delegaciones, conectar a todos vecinos a los que nos interesa la política, acercando a las muchas organizaciones que conforman el tejido social del municipio”.
Por Héctor Gurvit
- Seguramente tenés el mapa de Avellaneda en la cabeza: ¿nos podés informar sobre cómo se conforma físicamente el municipio?
Avellaneda tiene una larga historia. Que se inicia a finales del siglo XIX y nace como Barracas al Sur. De la mano de un juez de paz, Martín José De La Serna[1], su fundador. Luego, el 7 de abril de 1852, después de la batalla de Caseros, se declara como la fecha de su fundación. De La Serna vislumbró un rápido crecimiento en la desembocadura del Riachuelo con la instalación de los saladeros y la elige como cabecera del Partido. De tal forma que se van configurando las distintas localidades. Avellaneda Centro como una localidad en sí misma, Piñeiro, Sarandí, Gerli. Algunos ponen a la Isla Maciel como dentro de Dock Sud. Antes incluía el municipio de Lanús, que primero se llamó 4 de Junio. Hoy el distrito tiene alrededor de 52 km2, tiene una parte costera a lo que se llamó Sarandí-Dominico, que abraza los dos arroyos, el Santo Domingo y el Sarandí. Son tres cuencas que incluye al Riachuelo. Es un lugar donde nacieron grandes emprendimientos industriales. Luego se fueron generando algunas zonas comerciales. El caso de Galicia, Las Flores, Lacarra. Y avenidas troncales como Mitre, Belgrano, Crisólogo Larralde y Agüero, Roca, un poco más corta, e Hipólito Yrigoyen.
- ¿Se puede decir que las distintas localidades tienen, cada una, su perfil o es más o menos homogénea la distribución social?
Tienen cosas comunes y otras como el caso de Dock Sud que está más vinculada al puerto. Avellaneda Centro es más comercial. Después comenzaron a influir una importante cantidad de clubes y sociedades de fomento. Avellaneda tiene una vida cultural muy activa que viene de muchos años. Hay zonas más industriales. Hay zonas que tienen más desarrollo en lo deportivo. Hay mutaciones. En el último tiempo, Palaá adquirió su impronta en la que tuvo que ver mucho la Universidad. Hay lugares que no pudieron encontrar su perfil. Güemes cambió con la UBA. El viejo mercado adquirió una centralidad que no la tenía. Antes era un lugar de producción lanar. Gerli era un área donde las casas no valían nada porque se inundaba. En cuanto el intendente Cacho Álvarez lo solucionó, el área se valorizó. Las zonas de las canchas (Independiente y Racing) que estaban muy cerradas, ahora empiezan a abrirse.
- ¿Cuántos habitantes tiene Avellaneda?
Fue cayendo su población en los últimos censos. Todos sospechamos que debe andar por los 380.000 y 400.000 porque ya llevamos más de 10 años desde el último censo. En las décadas del ’70, ’80, ‘90 habíamos perdido población. Y eso se debía, básicamente, a la pérdida de industrias y a la falta de empleos. Por otro lado, los sectores más acomodados empezaron a migrar a barrios cerrados. Avellaneda no tiene esa característica. Tampoco tiene la característica de parque industrial. O dicho de otro modo, casi toda Avellaneda es un parque industrial. De modo que hay que pensar una nueva matriz productiva para retener población y para generar empleo, que ya no son los mismos que los del siglo XIX o principios del XX.
- ¿Hay alguna categorización respecto de cuánto hay de indigencia y cuánto de pobreza? ¿Si la relación se traslada mecánicamente a Avellaneda o hay alguna diferencia?
Se traslada. Hoy vemos mucha gente en situación de calle. Hoy el 60% aproximadamente de nuestros jóvenes son pobres. Lo que siempre nos preguntamos es, qué puede hacer desde Avellaneda para resolverlo. Y yo creo que se puede realizar un desarrollo local. No lo vamos a resolver estructuralmente, pero si se puede pensar en la generación de empleo, que creo que es una de las demandas más urgentes.
- ¿Cuántas “Villa Miseria” hay en Avellaneda y dónde están emplazadas?
El problema más serio que tenemos es el de Villa Inflamable. Hay otra zona compleja que es Villa Tranquila. Hay zonas a resolver en Villa Azul. En Wilde Este y en la zona de Gerli y Piñeiro.
- ¿Cuál es el déficit de cloacas, agua potable, gas?
Avellaneda tiene bastante desarrollo en cuanto a pavimento y servicios. En cuanto a agua hay muy poco, como en algunas zonas de Villa Inflamable, pero primero habrá que ver qué se va a hacer con esa gente. En el distrito, yo estimo que el 99% está resuelto. Hay problemas de presión en algunos lugares. En cuanto al tema cloacas hay algunos problemas de infraestructura que exceden al distrito. Con una política a desarrollar con AySA se puede solucionar. Hay problemas pluviales en algunas zonas. Respecto de pavimentos, queda muy poco para resolver. Tenemos un problema con el tránsito pesado en la zona de Dock Sud, que se agudiza con el crecimiento del parque automotor. Y hay un déficit de vivienda que es histórica y que es una deuda que tiene el estado.
- ¿Cómo está formado el Consejo Deliberante y que fuerzas la componen?
Son 24 concejales. Hay dos coaliciones que son las mismas que hay en el país. Fueron elegidos por distintos dispositivos, pero luego se fueron agrupando. Algunos que ingresaron por el Frente Renovador y que ahora están en el Frente de Todos. En Avellaneda se replicó lo que fue en el país. Algo parecido sucede con Juntos por el Cambio que fueron elegidos por distintas fuerzas y luego concluyeron en esa coalición. Hay una mayoría del Frente de Todos. El Consejo Deliberante debiera ser la caja de resonancia política, así como el congreso debería serlo también, donde se discutan los temas nacionales en lugar de ser discutidos en la televisión. Hoy no está cumpliendo esa función. Avellaneda tiene un tema de participación muy fuerte, porque más allá de los partidos políticos hay muchas instituciones intermedias, colegios de profesionales, de gremios. Hay foros. Yo vivo en Sarandí y hay allí un foro vecinal donde se discute desde los temas más elementales hasta las cuestiones de seguridad. Hay un grado de participación ciudadana en constante interpelación.
- ¿En qué quedó aquello del “Presupuesto Participativo” que existía en las distintas localidades?
Eso lo introduzco en su momento Oscar Laborde, Ferraresi lo continúa. Lo que se hacía era disponer de un porcentaje del presupuesto para obras, pero luego se distorsionó. Se empezaron a pelear sobre qué obra sí qué obra no. Creo que lo participativo no pasa por ver qué obra se hace sino construir en consenso o disenso en los desarrollos territoriales más localizados. Hace poco estuve en el barrio 4 de Junio donde se hizo una obra para el barrio, un polideportivo, y resultó que el barrio no la pudo utilizar porque se le dio otro uso. Así como se han hecho obras como la Zona X, que me parece una muy buena iniciativa.
- ¿De todos los proyectos que se pueden implementar cuál sería el más urgente?
Son cinco ejes fundamentales:
Vamos con el primero:
El primero es una nueva matriz productiva para resolver el problema del empleo. Promover los desarrollos locales a partir de industrias culturales, de turismo, tecnología, reconvertir y ayudar a las cooperativas, analizar la situación de muchas empresas que cerraron; que es una herencia de la dictadura, no solo del macrismo. Creo que el macrismo aportó a esos cierres cuando, en tiempos del Kirchnerismo, venían generándose una cantidad de actividades. El ejemplo típico es el de Siam que había empezado a producir electrodomésticos, motonetas y que, con el macrismo, dejó de producirlos. Creo que podemos repensar esa matriz. Sobre todo, aprovechando las tres universidades que hay en el municipio: la Universidad de Avellaneda, La Universidad Tecnológica Nacional y la UBA.
El segundo:
El segundo punto es el tema de la seguridad. Uno ve que en los barrios más pobres es donde más se roba. Donde más le cuesta a la gente ir a trabajar. Que no pueden estar en las paradas de los colectivos porque los asaltan permanentemente. Trabajar con gente que sepa del tema. Recuperar los Consejos Vecinales de Seguridad. Poder trabajar con las distintas fuerzas, nacionales, provinciales que permitan superar esta instancia.
Tercero:
El tercer tema es integrar todo el sistema de salud y sanitario. Hay 24 unidades sanitarias. Los problemas que teníamos y tenemos, la pandemia los ha puesto de manifiesto. El municipio ha tenido muy buenos secretarios de salud que han trabajado en esta temática.
Cuarto:
El cuarto punto es integrar todo el sistema educativo que está muy fragmentado. Es cierto que el edificio es importante, las condiciones de las escuelas son importante, pero lo que hace a la educación son los docentes, los no docentes, los padres, la familia. Me parece que hay que trabajar en la educación desde el jardín de infantes hasta la universidad. Tenemos en el distrito tres universidades. Geográficamente estamos muy bien ubicados. Y en ese sentido se puede pensar en ferias de oportunidades como, por ejemplo, la feria del libro. No necesariamente hay que pasar por la universidad, se puede pensar en oficios.
Quinto y último:
Y el quinto y el más importante, tal vez, es el de participación ciudadana. Hay que recuperar las delegaciones. Conectar a todos vecinos a los que nos interesa la política, poder repensar las sociedades de fomento, los centros de jubilados, los clubes. Hay mucha vida social en el distrito.
Estos son los cinco ejes en los que habría que trabajar. En definitiva, la búsqueda del hombre a lo largo de miles de años ha sido la búsqueda de la felicidad. Cualquier religión, cualquier dogma acciona en la búsqueda de la felicidad. Y a veces tiene que ver con cosas más simples que las que nos imaginamos. En la necesidad de vivir en sociedad, colectivamente y que individualmente uno pueda desarrollarse. Y en eso el estado municipal, como organización, tiene la obligación de generar esas cosas y no estar en disputa permanente con las organizaciones populares.
- ¿El municipio recibe subsidios? ¿Cómo y quiénes planifican el presupuesto? ¿Qué reciben de Nación, qué de la Provincia y qué del propio municipio?
El presupuesto lo decide el consejo deliberante. Se compone de ingresos propios y de los ingresos coparticipables. Hay programas provinciales. Hay nacionales y provinciales que van por fuera de la coparticipación. En la época de Cristina se había legislado que un porcentaje de las retenciones iba a los municipios para lo que cada uno disponga. Hay quienes ayudan a los estudiantes, hay municipios que hacen edificios, hay municipios que ayudan a sus universidades, etc. Así se va componiendo el presupuesto. Los ingresos propios tienen que ver con las tasas municipales. El municipio cobra tasas, no impuestos.
- ¿Y cómo se maneja la justicia en el municipio?
Lo que tiene el municipio son los juzgados de paz, el tránsito. Hay juzgados que son provinciales. No tenemos juzgado federal. El que corresponde a nuestro municipio es el de Quilmes. Hay un caso particular que es el de ACUMAR que está en el juzgado federal de Morón que tienen jurisdicción en la cuenca Matanza Riachuelo. También están los juzgados provinciales que están descentralizados y que estaban antiguamente en Lomas de Zamora y también están los juzgados locales que son los se ocupan de las faltas de tránsito. Después están las oficinas de la Defensoría del Pueblo que, en nuestro distrito, empezaron a funcionar en el año 2000 y que le corresponde a la oposición.
- ¿Cuál es tu opinión sobre la policía local?
Yo creo que hay que revisar ese tema. Lo cual no implica descartarlo. La idea original era que, a partir de la policía provincial, pudieran tener los distritos un manejo propio con la policía local. Pero nunca hubo una integración como la que se pensó en un inicio. A veces veo demasiados vehículos dando vueltas y la gente tiene una reacción contraria, porque le siguen pasando cosas y no hay una respuesta por parte de esa fuerza. Básicamente, porque no está preparada y no es la función que originalmente tenía. La gente se pregunta por qué estamos financiando una organización que no cumple su compromiso con la seguridad. Lo que vemos, en plena pandemia, es el tema de las plazas donde se juntan los muchachos y muchachas. En algunos lugares no pasa nada, está todo bien, pero en otros vemos bandas que vienen de otros lados, que no son del propio barrio. Y es en eso sobre lo que habría que repensar qué se resuelve con la participación ciudadana, con la propia comunidad. Hay situaciones distintas. Hay plazas que están cerca de las zonas limítrofes y otras más céntricas. Hay muchas acciones en las que puede participar y ver qué salida se le da a cada una de ellas.
- Yo veo como dos cuerpos policiales: una es la policía local y otra los que el municipio llama “Cuidadores Ciudadanos” ¿Cómo se entiende esta última categoría?
Creo que la pandemia era una buena oportunidad para utilizar ese servicio. Yo veo que se sigue incorporando personal mientras no se tiene clara su función y en cuanto la gente no tiene a quién recurrir. Leí que el municipio lanzó el tema de las “Paradas Seguras” y probablemente esos cuidadores debieran transitar esas paradas de colectivos, que es donde roban, sobre todo a mujeres, acaso porque las ven más vulnerables y generalmente la metodología es la misma. Son dos personas en una moto. Se puede prevenir, se puede repensar cual es la función de los Cuidadores. No me gusta el termino Cuidadores. Yo creo que tenemos que tener “promotores”: promotores de salud, de cultura, sociales y de seguridad, acotada a las personas que tienen esa función. El cuidado parece ser un término demasiado paternalista. Luego la gente se pone en contra de esos chicos que no tienen la culpa de estar en ese lugar.
- Hablaste de la salud en el municipio que vos elogias ¿podés comentarte algo al respecto?
No es que la elogie. Yo creo que el sistema sanitario de Avellaneda ha sido muy bueno, que ha tenido buena cobertura en los hospitales. En este último tiempo ha habido un cambio abrupto entre la gente que venía trabajando con mucha experiencia y, con la pandemia, asumió un rol tan complejo. Ahora, en pandemia tenemos que colaborar y ayudar. Nosotros nos hemos puesto a disposición del municipio con toda la experiencia que tenemos para colaborar. Hay que recuperar la articulación. El secretario de salud debería tener un panorama bien identificado acerca de cuál es la situación en cada unidad sanitaria. En algunos lugares se funciona bien, en otro no. En ciertos lugares los profesionales se quedan un ratito y se van, y en otros funciona bien. Y en general, los que no funcionan bien son los de más complejidad. Hay que pensar en un sistema de atención primaria. El sistema de salud nacional debiera ser centralizado. En los ‘90 se descentralizó y eso generó su deterioro. En el macrismo se empeoró. Se había comenzado a revitalizar con proyectos, tanto de Néstor como de Cristina, que ahora se empezó a retomar con un enorme esfuerzo. La pandemia nos permitió terminar todo lo que no se había terminado. El macrismo había dicho que no se necesitaban más hospitales y en realidad, si hacían falta.
- ¿Cómo está el tema del covid en el municipio?
Los índices están altos. Creo que después de La Plata es el más alto de casos por cantidad de habitantes. Hay varios factores. Uno de ellos es que estamos muy cerca de la Ciudad de Buenos Aires. Salvo el caso de Villa Azul, que fue muy particular, después se observa en los foros la cantidad de reuniones clandestinas que hay.
- ¿Cómo es la relación que tiene el municipio con los gremios?
Con los municipales es bastante mala. De hecho, cuando ciertos sectores estuvieron en desacuerdo, crearon otros tres gremios. Hoy están fragmentados[2]. Yo vengo del peronismo, que siempre trabajó para tener sindicatos fuertes, unificados. Cuando hay divisiones cuesta defender los derechos de los trabajadores. Hay situaciones muy complejas, incluso denuncias ante la OIT. O sea, que la situación no es buena. Los municipales tienen su obra social. Siempre hay alguna presión entre los gremios y quien está a cargo del gobierno, es inevitable. Al principio de esta gestión hubo una buena relación. Beneficios para los municipales como la vivienda, por ejemplo. El romance duró poco y ahora la situación es muy compleja. Uno de los problemas fue con los barrenderos y recolectores de residuos que pertenecían a Camioneros y hubo una municipalización donde funcionaba una cooperativa.
- Dijiste algo sobre cooperativas. ¿Cuál es tu visión al respecto?
Soy un convencido que hay que pensar en el tema de las cooperativas, de la economía popular, Es también un tema para repensar.
- ¿Cuál es tu relación personal con las autoridades actuales del municipio, con el PRO con Juntos por el Cambio y con Luis Otero este personaje que aparece como el candidato en Avellaneda de Juntos por el Cambio, un radical?
Con la cabeza del municipio no tengo diálogo. Ellos lo han cortado, no nosotros. La universidad, como siempre lo digo, está abierta a todas y todos. Incluso con la muerte de Argumedo recordé cuando se había armado el GEN (Generación para un Encuentro Nacional). En el frente, estaban Pino Solanas, Margarita Stolbizer, Binner, que después se disgregaron e hicieron un encuentro en la universidad. Juntos por el Cambio nunca nos la pidió. Han tenido algunos planteos acerca de la universidad. Franja Morada tiene una representación estudiantil, sin embargo, no estuvieron en la última elección. En las anteriores si habían presentado lista. Para la universidad la política es algo natural. No pasa solo en la universidad. Pero está esa lógica amigo-enemigo que dice que, si no pertenecés, no te hablo. La universidad es autónoma, pública y nacional. Sin embargo, cada uno de nosotros está, en lo territorial, involucrado en una historia política distinta.
- El diálogo con el municipio que supiste tener ¿cómo se rompió? ¿Tendrás alguna causa o justificación?
No lo rompimos nosotros. Es inexplicable. No tiene explicación. Al contrario, tenemos la misma orientación política. La gente me conoce, hace más de 40 años que vengo participando en política. Hemos sido coherentes. Todos me lo preguntan, pero no tengo explicación. La única verdad es la realidad y la realidad es que nos robaron un edificio, todos los programas que teníamos en conjunto los anularon, cada vez que nos pueden ensuciar nos ensucian. Tenés que buscar por ese lado las causas. Decía Evita que el amor alarga la mirada de la inteligencia y el odio la anula. Y a pesar de eso, nosotros seguimos colaborando, seguimos avanzando. Lo comparo con los cubanos, que están bloqueados por el imperio que tienen al lado y continúan resistiendo y fabrican vacunas y siguen haciendo cosas. Nosotros somos los cubanos del municipio. Seguimos haciendo cosas a pesar de tener al lado un poder factico enorme. Y a veces es cansador. Sin embargo, no nos logran vencer, someternos. Al contrario, nos generan más dignidad y más entereza para seguir adelante. Si la universidad pudo superar todo lo que fue el macrismo, nos vamos a sobreponer. Va a ser una universidad muy importante en el futuro. Es una etapa dura que tenemos que atravesar, pero que nos sirvió para crecer. Cometemos errores como cometen todas las personas. Nunca quisimos estar en este lugar. Nos pusieron en este lugar. Con nombre y apellido nos pusieron en este lugar.
- ¿Cuál es tu relación con los medios? ¿Con los diarios La Calle y La Ciudad, Radio A?
Es buena. Colaboramos con todos los medios, como podemos. Ayudamos a dos tipos de medios: los medios locales y los medios educativos. Ahora si para cada estudiante de periodismo que quiere hacer un emprendimiento le tenemos que dar una pauta, resulta imposible. Este conflicto que tenemos con el municipio repercute en los medios. Nosotros no hemos entrado en ese juego ni ensuciado a nadie. Yo discuto políticas públicas, políticas territoriales publicadas con mi nombre y apellido. Trato de ser muy cuidadoso por el rol que ocupo.
- ¿Por qué no estás más en los medios, sobre todo en la televisión?
Estamos. Siempre que pudimos. Nosotros no pagamos pauta de ningún medio que trascienda los locales. Nos llamaban mucho durante el macrismo porque hacían falta voces que expusieran cuál era realmente la situación y no había muchos que quisieran jugarse, porque sabían que después venía el castigo. No tenemos miedo de decir lo que pensamos. A raíz de lo que dijo Patricia Bullrich sobre las Malvinas. Hicimos una comunicación, ante una iniciativa de Ana Jaramillo, rectora de la Universidad de Lanús, que tiene un observatorio sobre Malvinas, que la propuso, y acompañamos. Porque no se trataba simplemente de una broma. Tiene un sentido muy profundo. El tema Malvinas creo, en su gran mayoría, todos y todas estamos de acuerdo. Y se tiene una gran preocupación por quienes dieron la vida a lo largo de dos siglos. Pero en este tiempo, con la situación que tenemos sanitaria, más que nada llaman a los infectólogos, a los médicos, a los inmunólogos.
- ¿La universidad hizo algunos intentos de tener una televisión?
Hicimos algunos intentos. No nos fue bien. Hicimos algunos programas. El problema es que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales tenía previsto una inversión en medios universitarios que luego no se implementó. Y no estamos en condiciones nosotros de hacer algo bueno. Hay excelentísimos canales de televisión como el de la universidad Nacional de Córdoba. Hay radios que son número uno en sus lugares, en Mendoza, en Paraná. Nosotros estamos en una zona compleja. Hay una competencia de señales muy fuerte. Lo que si se hizo fue “Mundo U” donde nuestro laboratorio de medios produjo contenidos para una productora de todas las universidades que van alimentando a distintas señales de cable. Recuerdo ahora uno de ellos; la historia de las universidades argentinas, que produjo la universidad de Rio Negro. La de Tucumán tiene unos programas muy buenos. Nosotros deberíamos producir en ese sentido.
- ¿Cómo ves a la Radio A que es la radio de Avellaneda y se supone que está administrada por las autoridades de la municipalidad?
En un principio intentamos trabajar juntos, pero también esta mediada por los egos. El director lo pone el intendente, pero a veces no tiene que ver con los que dirigen las organizaciones sino con los egos de quienes trabajan en los sectores. También está la Radio SECLA FM 106.1 que está en Maipú y Colón que funciona muy bien. Después hay algunas históricas. La radio de la UTN que tengo la satisfacción de haber sido uno de los fundadores. Se sostiene en el tiempo, tiene muy buena programación. Nuestra radio hoy produce informativos sobre coronavirus.
- ¿Qué intenciones tenés de participar como candidato, ya sea en las elecciones intermedias o en las de 2023?
Yo no puse en este lugar, me pusieron. Me puso Ferraresi. Desconozco el motivo. Yo no tengo ambiciones por cargos. Lo que pasa es que, a partir de todo lo que venimos conversando, está en riesgo la universidad. Hay un ataque feroz, sistemático a una organización que costó desarrollarla, que tiene tanto esfuerzo, que tiene tanta gente, que tiene casi 2.000 graduados, que tiene 1.000 docentes, 300 no docentes y 30.000 estudiantes.
- ¿Y volviendo a la pregunta anterior sobre tu posible candidatura?
Así que más allá de la ambición que se pueda tener por los cargos, sí tenemos una vocación de trabajar por y para Avellaneda. Pudiendo ser candidato o no. Y la única posibilidad es en el Frente de Todos, que es donde yo me siento identificado. Si el gobiernos de Avellaneda excluye a la universidad, nosotros queremos incluir a todos, incluso aquellos que no piensan igual que nosotros. Poder disputar políticamente, pero una vez hecha la elección poder gestionar con todas y todos. Tenemos ideas, conocemos la ciudad. Hace muchos años que yo dejé la gestión municipal, pero nunca me fui del todo. Tengo esa cabeza de ver cómo funcionan los semáforos, si está limpio, veo que los camiones de la basura, que antes pasaban siempre a la misma hora, ahora no. Que los semáforos están descoordinados. Tenemos tres universidades y podemos entonces, con su auxilio, pensar una ciudad para todas y todos, una ciudad incluyente. A veces el ejercicio del poder o los odios te van llevando para lugares equivocados. Ojalá se reflexione. No tenemos la vocación de pelear por pelear sino a quienes defendemos, a quienes representamos. No solo al interior de la universidad. Hay mucha gente fuera de la universidad que ha sido destratada, ninguneada, dejada de lado. Militantes históricos del campo nacional y popular. Destituciones, extorciones para que no hablen con nosotros, porque van a ser castigados. Eso pasa permanentemente y es lo que no debería pasar en la política. No nos gusta, no es una forma de hacer política, me parece que no tienen necesidad de hacerlo. Y si pretenden asustarnos vamos a seguir luchando por las cosas que creemos. La injusticia me revela y me revela la incoherencia. Como es eso de que, cuando una norma no nos gusta, vamos a la justicia. Hay que tener respeto por el otro. El municipio hace muchas cosas bien, pero hay otras que no. Su relación con la universidad es realmente atípica y no somos nosotros los que hemos generado eso. Como militante político tengo todo el derecho de poder disputar espacios donde me parece que los tengo que disputar.
- ¿Vos crees que dentro del municipio sos conocido más allá de la universidad?
La figura más conocida, por supuesto, que es el intendente. Yo estoy lejos de ese conocimiento. También tiene que ver con la trayectoria. Por mas que nos quieran ensuciar. Y yo siempre he sido muy cuidadoso y tiendo la mano. La Argentina y el mundo está en una situación difícil. Hoy la discusión no es la del siglo XX entre dos bloques. Hoy se está discutiendo si va a haber un capitalismo de mercado o un capitalismo de estado. La Unión Europea está dividida y tiene diferencias sustanciales y América Latina está en un laboratorio de estudio para muchas cosas. Aquí comenzó el neoliberalismo como un ensayo en los ‘90. Con Collor de Mello viendo a ver quién era mas virtuoso para asirse a los pantalones de EEUU con esa idea del fin de la historia y que había muerto el bloque socialista y que el capitalismo había triunfado. La derecha se mostró absolutamente feroz. Lo vemos en Argentina y lo vemos en Brasil y lo vemos en Ecuador, vemos lo que está pasando en Colombia, entonces claramente que quienes decimos abrazar causas nacionales y populares tenemos que tener un poco mas de conciencia política, social. El otro día decía en un conversatorio que en el siglo XX ser nacional era ser de derecha y ser internacionalista era ser de izquierda. Hoy la escena internacional, la globalización es de derecha y ser nacional es ser de izquierda. Fíjate como cambió la perspectiva. Hoy la derecha y la izquierda son categorías que hay que analizarla con un grado superlativo de complejidad. Yo tengo claro en dónde estoy posicionado ideológicamente. No me parece que la salida sea por derecha y por eso es tan importante defender al gobierno de Alberto Fernández. Porque si no lo que viene es peor, es una derecha que puede ser peor. Un país como EEUU puede pasarla bien, pero un país periférico como es la Argentina, no. Por eso hay que llamar a la reflexión a los dirigentes, sobre todo a los que tienen más responsabilidades, que parecen estár pendientes de cosas muy menores que de resolver cuestiones que nos deberían preocupar a todos.
- ¿Cómo ves la proyección del Frente de Todos?
Hay que construirlo. El Frente de Todos fue una alianza electoral que se conformó con partidos, agrupaciones, gremios. Y hay que tener cuidado cuando ciertas cuestiones se tornan personales. Cuando lo político está por encima de lo ideológico es ahí donde aparecen los problemas. Los que conducen el Frente de Todos tienen la obligación de generar una dirección única. En el marco de pensamientos heterogéneos y con la foto que tenemos hoy, cuál es el ideal al que aspiramos. Y qué es eso sino una sociedad mas equitativa. No lo vamos a lograr si expulsamos, excluimos. Porque lo equitativo tiene que ver con la inclusión.
- ¿Cómo ves el tema cultural en el municipio?
Avellaneda tiene una historia cultural enorme. Tenemos un prócer en cultura que es Hugo Caruso. Es un orgullo para el municipio. Tiene todo un trabajo histórico valorado a nivel provincial y nacional. Posterior a Hugo, no pudimos encontrar un remplazo que esté a su altura. Se habían hecho cosas muy positivas con el tema de las bandas, con el estudio de grabación. Algo muy interesante fue traer a la calle Corrientes al teatro Roma. El municipio siempre les dio participación a los artistas locales. En Avellaneda hay mucha gente con experiencia. Avellaneda es cuna de muchas cosas, el tango, el rock, artistas, compositores, historiadores. El otro día estuve en un encuentro donde se presentó un libro sobre Framini. Tenemos que tener un área que trabaje los temas históricos de Avellaneda. En el deporte, ser la capital del fútbol no basta. Tenemos una cancha al lado de la otra, que es un hecho insólito en el mundo. Hablamos con otros compañeros sobre como recuperar el rol de las sociedades de fomento pensando en capacitación. Pensar en las edades intermedias, ni en el centro de jubilados ni en el club donde van los chicos. Que tengan cerca de su vivienda y eso está dentro del eje de participación. Se gastaron muchos recursos que podrían haber sido aplicados a artistas locales para darles proyección a nivel provincial y metropolitano. Nosotros estamos pegados a CABA. Somos como New Jersey o Brooklyng al lado de Manhattan. No todas las luces están en Corrientes. Pero nosotros no tenemos que hacer lo que hace Corrientes. Hubo cosas buenas, pero fueron todas espasmódicas. Hay que darle cierta sistematicidad. Hay mucha gente que hace cosas interesantísimas, escritores y escritoras. El tema de los murales. Todo eso habría que sistematizarlo. Que sea una política. Cuando hablo de industrias culturales no estoy hablando de una abstracción. Argentina llegó a ser la cuarta industria de exportación. Exportamos cine, música, danza. Tenemos mucho potencial. Podemos tener un muy buen desarrollo en el municipio en lo que llamamos industrias culturales.
[1] El 9 y el 19 de marzo de 1852, a instancias del vecindario del Puente Barracas el Juez de Paz de Quilmes, Martín José de la Serna le pide al Gobierno que divida en dos a su Partido porque están separados naturalmente por el río que cruza la Cañada de Gaete, originada por el Arroyo Santo Domingo (zona alrededor del Regimiento Viejo Bueno). El 7 de abril de 1994 por la Resolución Provincial Nº III/82, de acuerdo al expediente 2207-1900/94, firmada por Fernando Galmarini (peronista) y luego de treinta y ocho años, «se declara feriado el 7 de abril para el Partido de Avellaneda por ser la fecha de su Fundación».
[2] SUMA (Sindicato Unificado de Municipales de Avellaneda), UPCN (Unión Personal Civil de la Nación), ATE (Asociación Trabajadores del Estado), AMRA (Asociación de Médicos de la República Arentina) y Agrupación de Trabajadores Municipales 17 de noviembre.