Una tendencia que deshumaniza

No es un fenómeno nacional, la tendencia de un gran sector de la población a la derecha, a nivel mundial, es realidad, ejemplos de ello es Italia, España, Perú, Uruguay y muchos más. Pero qué entendemos cuando decimos “derecha”, quizás ya es un término ambiguo y que, a la vez, tiene que ver con las épocas históricas o sistemas e ideologías políticas. La comprensión es amplia desde el conservadurismo hasta posiciones económicas neoliberales.

Por P. Mario Bússolo

La nueva “derecha” en Argentina, ¿qué características tiene en este rincón del mundo?. La exacerbación de la libertad entendida como el único interés de progreso personal que utiliza cualquier medio para ello, el cual es justificado sin mediar ética o persona alguna. Yo y mis oportunidades son la bandera del éxito egoísta que se desinteresa de terceros y sus necesidades o sufrimientos.

El predominio del campo económico, en el itinerario de la cruel competencia, como objetivo para una felicidad que no es integral, sana y humanizante. Libre mercado que amplía desigualdades y genera discriminación en pos de un bienestar que no termina de satisfacer deseo alguno.

Lo anterior es posible con un orden y control entendido como represión de las minorías o afectados directos del sistema impuesto. Se cuenta con un poder judicial con una práctica persecutoria y también un poder policial adoctrinado desde las infancias, creando un aparato castigador del más mínimo reclamo de justicia y paz.

Vivimos un proceso de transición difícil de revertir, pero no imposible, año electoral de por medio, se juega un futuro próximo, catastrófico o esperanzador, si inteligente y humildemente proponemos y elegimos un camino de humanización donde nadie quede fuera, particularmente los pobres y excluidos de cada programa político hasta el momento.

Hay factores externos a Argentina que empujan a una degradación humana y ambiental como es el modelo extractivista salvaje o el sistema capitalista financiero agresivo que se instalan como único camino de salvación frente a una deuda externa heredada exorbitante e hiriente. Parece mentira, pero son repetidas recetas que las nuevas generaciones desconocen en la actualidad, sumado a los discursos escuetos y limitados, manipuladores y vacíos de los/as candidatos/as, mensajes apoyados o divulgados por los medios de comunicación, también influenciados por varios poderosos económicamente.

Vamos a algunos ejemplos: la propuesta que se predica para la educación argentina, como el sistema de vouchers, que son vales o cheques que el Estado daría a las familias para que paguen la educación de sus hijos e hijas. Es decir, un “subsidio a la demanda” en términos de la ideología de mercado. Por detrás de esto está la hipervaloración de la meritocracia, la competencia y, casi seguro, la acumulación de una deuda que la familia o el estudiante tiene que pagar incluso luego de haber terminado sus estudios. Ni que hablar de la modificación del estatuto laboral docente, en perjuicio del mismo. Es decir, no todo se dice cuando se dice lo que se impone en estas campañas.

Otro ejemplo es la megaminería, canadienses, chinos y demás potencias serán privilegiadas para la extracción de los recursos naturales no renovables, con un impacto más agresivo que décadas anteriores en los territorios. Víctimas de esta crueldad son los pueblos indígenas y campesinos, entre otros sectores de la población. Así fue pensada “Vaca Muerta” y ahora el saqueo del litio en el noroeste. No existe la minería responsable o sustentable, como dicen algunos, entre ellos el Gobierno o sectores de la Iglesia Católica. Aprovecho a decir que es lamentable el papel de algunas autoridades de nuestra Iglesia que, llamando al diálogo y con la temerosa prudencia acostumbrada, casi siempre se mantienen en la neutralidad, abandonando a los más vulnerables de este sistema perverso. También existe esta dicotomía entre espiritual y material en gran parte de la comunidad católica, como si la fe no fuera política, estamos sordos a la invitación al amor político y social que nos propone el Papa Francisco. No denuncian las atrocidades de los planes neoliberales mencionados por salvadores mesiánicos de un presente conflictivo.

Es preocupante el panorama, pero estos poderes siempre tienen grietas por donde entra el agua, será de tercos luchadores/as y de inteligentes y creativos humanos, y la naturaleza misma, quienes dobleguen inmenso poder inhumano.

P. Mario Bússolo