Sacerdotes y un diácono de las barriadas populares realizaron el lavado de pies este Jueves Santo en la puerta de la agencia Telam.
Por Lucas Schaerer
Lágrimas en los rostros o el llanto agarrado en la garganta. Así vivieron los trabajadores y religiosos este Jueves Santo, por la tarde, en el acampe frente al ingreso a la Agencia Telam de la calle Bolívar al 500, en el microcentro porteño. Las lágrimas brotaron en quienes recibían el lavado de sus pies y también de los religiosos que se inclinaron a lavarlos imitando el gesto de Jesús en la última Cena.
El Padre Ignacio Blanco inició la celebración espiritual abriendo el micrófono a los trabajadores de Telam que querían expresar sus sentimientos: “Es una emoción inmensa compartir el pan. Este es el acto más revolucionario de compartir el cuerpo de Cristo. Nos da mucha fuerza, emoción y amor recibir el abrazo de ustedes de los Curas en Opción por los Pobres”, sostuvo una compañera.
En la celebración hubo lectura del Evangelio, por una trabajadora con la Biblia “La Nueva Alianza” de Editorial San Pablo, y el cancionero acompañado por la guitarra criolla. Uno de los temas fue “hay que seguir andando, nomás” que inspiró el obispo asesinado en la última dictadura, Enrique Angelelli.
El diácono “Ricky” Carrizo recordó “la pandemia amarilla del 2018 cuando Macri echó masivamente trabajadores en Télam. En ese momento podíamos entrar. Hoy es más doloroso. Ustedes son los condenados, los crucificados, con pruebas falsas pero van a resucitar”.
El pan dos grandes flautas, apoyadas en un papel madera, en la pequeña mesa que hizo de altar. El mantel una bandera de SIPREBA (el gremio de los trabajadores de prensa) una pequeña cruz, una imagen de la Virgen de Luján y varias estampitas de su fiel cuidador y primer devoto, el Negro Manuel.
María, justo como la Madre de Jesús, fue la artesana de los panes. Estaba exquisito. Ella los partió y compartió. Pasó de mano en mano. Alcanzó para todos. La Eucaristía, la hostia, era pan real. Los curas explicaron que no quisieron realizar una misa con liturgia tradicional católica para no dejar afuera a los no creyentes.
Sonaba el tema “La Mesa” de Peteco Carabajal. “Queremos una mesa sin exclusiones, para todos con trabajo, y gracias a Jesús por esta mesa en Telam, para nuestra Argentina, amén”, agregó el Padre Blanco atravesando la emoción. Luego explicó el Padre Paco Olveira que lavar los pies era “el oficio de los esclavos para sus amos”. En esa época la mesa no era como hoy la conocemos, se comía a la altura de los pies de allí que los esclavos lavaban los pies. Luego Olveira bendijo las estampitas, recordó la historia del Negro Manuel y citó el Maginificat: “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”.
En el compartir de la palabra fue Fátima Cabrera, compañera del sacerdote desaparecido Patrick Rice, quien invitó al Vía Crucis en Plaza de Mayo, este sábado 30, a partir de las 10 de la mañana, que están invitando varios organismos de derechos humanos y grupos laicos católicos.
Sonaba “Canción sencilla” que solía cantar el cura mártir Carlos Múgica con el estribillo “vamos a vencer, va llegar la paz” que cerró con el clamor del histórico cura tercermundista Domingo Bresci. Luego el periodista Pablo Llonto, inspirador con Carla Gaudensi de la celebración de lavados de pies, contó su sensación interna: “se mueve adentro el niño claretiano (la congregación que lo formó en su infancia)” y añadió: “esta lucha va marcar otra victoria en la historia de los trabajadores” y ejemplificó el compromiso de los curas obreros como Pancho Soares en los astilleros o Mauricio Silva el barrendero.
La celebración de compartir el pan y recibir el lavados de pies no dejó igual a los trabajadores de Telam tampoco a los religiosos que bendijeron la lucha por el trabajo en la agencia nacional estatal.