La lucha de los trabajadores navales de ASTARSA. Una experiencia inédita de control obrero, libro de Juan “Chango” Sosa

La edición de este libro coincide con la conmemoración de los 50 años de la toma de los astilleros ASTARSA.

Por Claudio San Juan – Miembro de la “Red Eurolatinoamericana de Análisis sobre Trabajo y Sindicalismo” (RELATS)

La lucha de los trabajadores navales de ASTARSA. Una experiencia inédita de control obrero, libro de Juan “Chango” Sosa

Al abordar los contenidos del libro, cabe recordar también aquellos “49 días que conmovieron al pueblo” del gobierno del presidente Cámpora, las luchas de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), las labores del Instituto de Medicina del Trabajo (IMT) de la UBA, hechos acontecidos en el año 1973 que tuvieron como epicentro su mandato.

Antes de iniciar la lectura de los siete capítulos de este libro encontramos las claves del mismo, pues su introducción es todo un manifiesto.

No solo es el testimonio y la historia contada por su protagonista, sino que también se constituye un relato coral en el que Juan Sosa se suma a una mesa redonda con ex obreros navales de ASTARSA y  los astilleros Mestrina, donde vuelve a dialogar y polemizar con sus compañeros del alma: el Polaco, el Gayo y Jaimito.

Ese recurso literario es propio de un artista como Juan Sosa, al rescatar un documento liminar del Centro de Estudios del Trabajo (CET), de mayo 1988, del cual supo ser uno de sus fundadores para dar el puntapié inicial a uno de los aspectos centrales del legado de los años setenta: Por un trabajo sin riesgos.

Y así, luego de leer los dos primeros capítulos con títulos más que significativos: «Ayer fue la Resistencia” y “El pueblo entero en la lucha popular», llega uno de los momentos más preciados del libro, conocer de primera mano la toma de los Astilleros ASTARSA y la constitución de la “Comisión de Control Obrero de la Higiene y Seguridad”, cuya experiencia debe ser valorada en el presente como un legado del control obrero de las condiciones de trabajo, hito fundacional de esa toma en el año 1973.

La creación de la “Comisión de Control Obrero de la Higiene y Seguridad”

La constitución de la “Comisión de Control Obrero de la Higiene y Seguridad” de ASTARSA, es tomada como un modelo para la clase trabajadora y su ejemplo trasciende hasta nuestros días, en el marco de las luchas obreras en defensa de la salud de las y los trabajadores que se llevan día tras día y año tras año, para que la muertes en el trabajo no sean naturalizadas.

En nuestra aproximación a las experiencias de participación de las y los trabajadores en materia de salud y seguridad en el trabajo en los Astilleros ASTARSA, se presentan una serie de claroscuros acerca de los actuales “Comités Mixtos de Salud y Seguridad en el Trabajo” (cuyo proyecto de ley nacional se encuentra demorado desde 2022). La constitución de estos comités obrero-patronales en la actualidad tienen poca presencia, solo un par de provincias lo exigen y un algunos de los mismos fueron creados a partir de la negociación colectiva, que de forma limitada se ocupan de la información, la consulta y en pocos casos de la codecisión.

Esta es la clave del legado de ASTARSA.

En este recorrido, el autor nos lleva a redescubrir la toma de ASTARSA cuando reproduce su intervención en el libro “Medicina del Trabajo al servicio de los Trabajadores”, en cuya primera sesión plenaria de esas jornadas expone sobre  “El control de la seguridad y la higiene por parte de los trabajadores”.

Otra clave es tener presente que en el año 1973 dos trabajadores de ASTARSA perdieron su vida debido a accidentes de trabajo. Primero fue un trabajador “gruista”, luego fue un trabajador “oxigenista”. 

“Nosotros veíamos que ahí era normal aceptar que cada barco se llevaba una o dos vidas. ¿Qué hacía la Patronal cuando se moría un tipo? Tocaba el pito, paraba, nos íbamos a casa y, al otro día, volvíamos a trabajar. Eso era todo.” (La muerte como norma, en “La forma de la historia”, Luis Benencio, 2003)

Hasta que el 30 de mayo, luego de confirmarse la muerte de José María Alesia, los trabajadores deciden tomar el astillero y elevan un petitorio de cinco puntos para su cumplimiento: 

  1. Expulsión del Cuerpo de Higiene y Seguridad de la empresa, 
  2. Creación de la Comisión Obrera de Higiene y Seguridad, 
  3. Pago de los salarios caídos, 
  4. Reincorporación de los despedidos por causas políticas o gremiales, 
  5. Que no se tomen represalias contra los obreros que participaron en la lucha. 

La resolución del conflicto dispuso el cumplimiento de todos los puntos reclamados, entre otros, la constitución de la  Comisión de Control Obrero de la Higiene y Seguridad, un órgano de carácter no paritario, con base en el Modelo Obrero Italiano, una experiencia inédita que determinó ritmos de producción y recibió formación en el Instituto de Medicina del Trabajo.

Asimismo, el resultado de la toma es el triunfo de la movilización popular que acompañó las reivindicaciones de los obreros navales de zona norte.

Seguimos la lectura con tres capítulos concatenados: Del Pacto Social al Rodrigazo, el golpe cívico militar, el exilio.

El libro termina con un futuro esperanzador: la vuelta a casa y un epílogo donde Juan da cuenta del legado de las luchas obreras y de los desafíos por venir.

Una experiencia con numerosas lecciones 

En síntesis, el libro nos deja numerosas lecciones:

En primer lugar, la defensa de la salud en el trabajo no es un eslogan;

Segundo, el vínculo de la Comisión de Control Obrero con el Instituto de Medicina del Trabajo sirvió para publicar el “Manual de Medicina del Trabajo para Trabajadores”, un ejemplo de no delegación y de articulación entre el saber científico y el saber obrero..

Además de otras propuestas que se mencionan en el libro y constituyen un programa pese al contexto “No hay que olvidarse que esto duró dos o tres años. Tal vez con diez años la cosa hubiera sido distinta, al final teníamos que andar esquivándole a las balas” (CET, 1988).

De esas lecciones y testimonios se trata de entender que el control obrero es la “fase sindical elemental de ofensiva contra el capitalismo”.

De esas lecciones y testimonios nos alerta Luis Benencio: “No nos hagamos los distraídos, la represión que cayó sobre nosotros fue porque luchábamos por el socialismo”.

Este libro de Juan Sosa es una contribución fundamental para recuperar el significado de las luchas obreras.

Evocamos, entre tantos, las compañeras y compañeros fallecidos en Yacimientos Carboníferos Río Turbio (2004), en Santa Cruz, en la explosión ocurrida en la Universidad Nacional de Río Cuarto (2007), en Córdoba, el accidente de trabajo en la planta de Acindar, en Villa Constitución (2008), en Santa Fe y el accidente de trabajo a bordo del buque “Cassana”, en los Astilleros Río Santiago, (2008), en la Provincia de Buenos Aires.

Y así podríamos continuar enumerando otros “hechos”, como la lucha del sindicato de trabajadores del Subterráneo y Premetro y de sus “metrodelegados” contra asbesto o amianto cancerígeno existente en el subterráneo de Buenos Aires.

En síntesis y en palabras de sus protagonistas: “El control de los obreros sobre las condiciones de trabajo no se había dado nunca en Argentina, y esta primera experiencia demostró la efectividad de la gestión de los trabajadores. Antes, por cada barco que se construía, morían uno o dos operarios, y en los tres años que nosotros nos hicimos cargo del control, no hubo más mortalidad, lo cual pone de relieve la eficacia de los obreros gestionando”.

El autor 

El autor, Juan Carlos Sosa (Chango), nació en 1944. En la década del 70 decide abandonar su carrera artística como cantante, y entra a trabajar en el Astillero ASTARSA.

Debido a su militancia política-sindical creó la agrupación 12 de Septiembre (día del Trabajador Naval) que dio origen, posteriormente, a la Agrupación Naval Peronista «José María Alessio». Fundó la Comisión del Control Obrero de la Seguridad, Salubridad e Higiene. Fue Delegado Paritario cuando «El Rodrigazo» (1975), y fue Congresal para La Federación de Obreros Navales Argentinos, cargos que desempeñó hasta el golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976.

En el mes de abril de 1976 emprende el exilio. Vive en España, Francia y México. A su regreso en 1983 , funda con su ex compañero de militancia Rubén Díaz («El Polaco») el Centro de Estudios del Trabajo (CET).

Actualmente colabora con la Secretaría de DD.HH. de la CTA de los Trabajadores, con el Espacio Intersindical Salud, Trabajo y Participación de los Trabajadores y con la Comisión de Memoria, Verdad y Justicia de la Zona Norte.

Astarsa; un legado

• Un “Manual de Medicina del Trabajo para Trabajadores” con base en la experiencia de ASTARSA (IMT, 1974).
• Un proyecto de investigación sobre “Accidentes de trabajo en la industria naval” (IMT, 1974). 
• Experiencia inédita de participación de los trabajadores en materia de salud laboral, aún vigente. 
• El aporte a la discusión del modelo de prevención de riesgos laborales que adopte la Argentina (hoy, el derecho a la participación de las y los trabajadores no resulta de cumplimiento obligatorio).

En síntesis y en palabras de uno de sus protagonistas, Luis Francisco Benencio: 

“El control de los obreros sobre las condiciones de trabajo no se había dado nunca en Argentina, y esta primera experiencia demostró la efectividad de la gestión de los trabajadores. Antes, por cada barco que se construía, morían uno o dos operarios, y en los tres años que nosotros nos hicimos cargo del control, no hubo más mortalidad, lo cual pone de relieve la eficacia de los obreros gestionando”.

Hacia el futuro que nos espera:

Pensar desde el modelo obrero en la era digital, una nueva intervención con viejos postulados:
• Actualización del marco técnico-legal.
• Comisión presencial y virtual del control obrero de la salud y seguridad en el trabajo. 
• Aplicación sobre riesgos y daños para el registro individual y colectivo de la sección de trabajo (de la libreta de daños a la historia clínica digital).

Hasta donde recordamos, Astilleros ASTARSA es una experiencia inédita de control obrero.

Nuestra tarea principal es seguir estudiando la historia de los navales y de otras luchas obreras, no basta con ser depositario de los documentos, necesitamos  viralizar los mismos para que queden al alcance de todas las generaciones, y evocar las consignas de aquellos días: “Y venga, y venga, y venga compañero que aquí se está luchando por el control obrero”. 

¡¡¡Compañeros obreros navales presentes, ahora y siempre!!!

Presentación del libro en la parroquia Nuestra Señora de Carupá, Fuente: De norte a norte

Fuente: Citra