El viernes pasado, en la Parroquia “Inmaculado Corazón de María” de Constitución, se llevó adelante una misa en memoria de Mauricio Silva, cura barrendero detenido y desaparecido en la última dictadura cívico-militar por su compromiso con el evangelio y los trabajadores. Un encuentro que congregó una multitudinaria presencia, con el templo desbordado de gente, y una plural representación de distintos dirigentes del movimiento ecuménico por los DDHH, de familiares de detenidos-desaparecidos, de la casa de Nazaret de la Iglesia Santa Cruz, y de dirigentes sindicales como Pablo Moyano Secretario Adjunto de Camioneros y Cosecretario General de la CGT, Alberto Beto Vicenzi de la Unión Obrera Ladrillera y Lito Borello de la Unión de Trabajadores/as de la Economía Popular-UTEP. Mauricio Silva, como tantos otros luchadores, dio la vida por la dignidad de su pueblo. En su lucha por cambiar las cosas, luchó por los derechos de los trabajadores barrenderos y por la dignidad de los humildes.
En un contexto donde el gobierno tiránico de Milei-Bullrich se ve obligado a militarizar las calles para reprimir la protesta social contra la sanción de una ley de contenido antinacional y antipopular, nos tomamos la libertad de afirmar que cada vez más esta realidad nos recuerda a la que se vivió en aquella última dictadura cívico-militar. Por eso es importante reivindicar la memoria de estos compañeros, recuperar sus ideales, en un momento de encuentro donde se logra reflotar la espiritualidad popular, la unidad de un Pueblo que todavía está de pie y peleando.
Luego de la misa acudimos a distintos referentes a que nos ayudasen a recordar y reflexionar sobre las enseñanzas que el Cura Barrendero nos dejó como legado. Por ello, hablamos con José Guernica, Secretario de la Rama de recolectores y barrido de CABA y Conurbano, que nos decía: “Fue una persona muy importante porque él empezó a luchar y a pedir por los derechos de los trabajadores. Sueldos como corresponde, indumentaria de trabajo, herramientas. Y bueno, aparentemente uno por reclamar lo que correspondía hacía un daño o perjuicio y querían silenciarlo. En todo ámbito siempre pasa que cuando uno reclama la Verdad tratan de callar o desaparecerlo, como en este caso a Mauricio Silva.”
También tuvimos la oportunidad de cruzar palabras con Gustavo Carrara, Obispo y Vicario Episcopal de la Pastoral de Villas de Emergencia, quien ofició la misa. El mismo nos dio la posibilidad de relacionar la lucha de Jesús con la del Padre Mauricio: “Es una misa que recuerda, que hace memoria del Padre Mauricio Silva que fue un sacerdote que, para seguir a Jesús entre los más humildes, vio que en ese momento ser un trabajador barrendero era un modo de seguirlo, de estar cerca de los trabajadores. La primera manera de anunciar a Jesús es siendo buena persona, siendo buen amigo, siendo buen compañero; y es así como después él les anunciaba que Dios los amaba, que Dios no los abandonaba. Prueba de eso es que él también se sumó a sus luchas, como la de tratar de hacer un sindicato. Porque para el trabajador o la trabajadora es digno poder llevar el pan cada día a su mesa fruto de su trabajo, pero es digno también que puedan educar a sus hijos, hacer su casa, que pueda tener vacaciones. Y en eso él acompañó. Eso es política en el sentido más genuino de la palabra; porque es la de que a nadie le falte para vivir con dignidad, no para búsqueda de cargos, no de privilegios, no de dinero, sino la búsqueda del bien común, la búsqueda que puedan vivir bien los que no pueden hacerlo. Entonces él vivió así el Evangelio, a fondo, y en la época de la dictadura fue perseguido, torturado y después fue desaparecido.”
Recuperando los ideales de Mauricio y trayéndolos al hoy también meditaba: “Su testimonio es que nadie se salva sólo, que necesitamos hacer Comunidad. Hoy en día prima una cultura que se va impregnando en el mundo: ‘sálvate a vos mismo’. Esa frase termina en todos contra todos. Entonces una figura como la del Padre Mauricio Silva nos habla de hay que caminar en fraternidad. Hay que unirse y hay que defender el trabajo para poder tener tierra, para poder tener un techo. Hoy en día ese clamor de Tierra, Techo y Trabajo es un clamor actualísimo. Una tierra para trabajar, para construir un techo, para cuidar una familia. Creo que la figura del Padre Mauricio nos invita a caminar por ahí.”
También nos cruzamos con el Padre Toto, Cura Villero de la Villa-21-24, quien revalorizó la figura del cura por dar la vida por los que menos tienen: “La fe con la que vivió Mauricio Silva, sacerdote desaparecido, sacerdote barrendero, es la que nos mueve a todos a seguir luchando por la dignidad, por los más descartados de la sociedad. Mauricio Silva era un barrendero sacerdote que organizó a los trabajadores y por eso fue chupado y desaparecido por los militares. Y su martirio nos da fuerza para comprometernos con nuestros hermanos que más sufren.” Además, sumó un pensamiento importante para los tiempos que se vienen: “La unidad es clave para no dejarnos vencer, porque tenemos la fe, tenemos lo que Dios ha puesto en nuestros corazones, que somos hechos a su imagen y semejanza. El Bien le gana al Mal por eso de la mano de Dios, del Pueblo y de la Comunidad. Tenemos que seguir con los brazos en alto, y con el corazón también luchando por los que más sufren.”
Durante la misa dedicada al Padre Mauricio Silva, y a todas y todos los barrenderos en su día, la parroquia estaba colmada de trabajadores y trabajadoras de la Rama de la Recolección del Sindicato de Camioneros, junto a compañeras y compañeros de distintos sindicatos. Entre ellos nos encontramos con Carina Maloberti, Secretaria Gremial de ATE SENASA e integrante del Bloque Peronista en ATE, quien nos compartió las sensaciones que le trajo el homenaje: “Estamos muy emocionados. Todavía tenemos en carne viva las heridas y broncas, los gases, los palazos, la represión tremenda que el pueblo humilde y trabajador sufrimos en la ultima movilización al Congreso; por lo menos aquellos sectores del Movimiento de Trabajadores que seguimos luchando por la dignidad de nuestro pueblo y por la soberanía de la Patria. Ver el salón de la misa lleno de todos los barrenderos, de todos los recolectores de residuos en su día y homenajeando al Padre Mauricio Silva, testimonio de dignidad de un pastor que huele a ovejas, de una iglesia abierta y en salida recibiendo al descarte que este sistema arroja a un costado, nos ratifica que vale la pena siempre, y en todos los tiempos, poner el cuerpo contra toda injusticia”. También agregó: “Acá lo que se sintió es que está de pie la Patria. Se respira dignidad y nuestras resistencias porque no nos deshumanicen ni los vínculos en los sectores de trabajo, en las familias y ni en nuestros barrios. Frente a la deshumanización de ellos, plantamos la humanidad de esta solidaridad, de esta unidad. Acá el cura barrendero, el Padre Mauricio, hizo el milagro de unir lo que por arriba la dirigencia no puede juntar.”
Maira Yanequine, del Movimiento Misioneros de Francisco, de la Capilla Padre Luis de la Costa de Sarandí también aportaba: “La vida del compañero Mauricio Silva me conmovió porque gracias a su lucha los compañeros barrenderos hoy pueden tener su sindicato. Es un ejemplo a seguir para todos nosotros. Saber que con cada lucha, aunque queden algunos en el camino, vamos a vencer y vamos a llegar a lo que realmente queremos para el futuro de nuestros hijos y de nuestros compañeros.”
Inés, de la capilla Cristo obrero campesino, Misioneros de francisco de Máximo Paz, sumó a la reflexión y afirmó: «En el día del barrendero, los Misioneros de Francisco de Máximo Paz estamos presentes recordando al sacerdote Mauricio Silva, quien fue detenido y desaparecido por su compromiso con el Evangelio y con los que menos tienen. Esperando que esta historia no se vuelva a repetirante un gobierno que hoy nos reprime ante la libertad de expresión, acompañando al Pueblo, acompañando al trabajador, acompañando a ese barrendero que sale día a día a la calle a pelearla, a pelear por un plato de comida. Tomamos la palabra de Francisco de salir a la calle a Evangelizar a que el Pueblo sea unido, a que miremos y querramos un mundo mejor, siempre en armonía y ayudando a los que menos tienen.»
Trayendo a la memoria las luchas de los que nos precedieron, Lucas Pedró, Secretario de Culto de la UTEP y miembro del Movimiento Misioneros de Francisco, decía: “Por supuesto que cada generación tiene su lucha. Así como los compañeros que lucharon y entregaron su vida en los ’70, así como Maxi, Darío y el Oso también lo hicieron en los inicios del 2000, a nosotros nos toca esta lucha de hoy. La lucha contra esta avanzada del poder hegemónico, de las derechas ultra conservadoras, del deshumanismo, de ese sistema que no contempla la vida humana. Obviamente tenemos que estar a la altura de las circunstancias.” También destacó la importancia de la espiritualidad en los tiempos que se vienen: “Creemos que la fe es muy importante para la lucha. La fe nos da fuerza, nos une como Pueblo y nos da la esperanza. Si no tuviésemos la esperanza y la fe en la victoria, ¿para qué lucharíamos? De la misma manera que Cristo luchó por los excluidos, los humildes de su época, a nosotros nos toca hacer lo mismo. Estamos en ese camino.”
Entre los distintos sectores, se encontraban compañeros y compañeras de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), quienes día a día luchan por construirse una vida digna por fuera del sistema que los excluyó. Nos encontramos con Lito Borello, Secretario de Derechos Humanos de la UTEP que decía: “Por un lado, en una iglesia llena de compañeras y compañeros donde había una fuertísima espiritualidad que daba realmente señales de un pueblo de pie. De un pueblo que al recordar a un curita tan importante como Mauricio, el cura barrendero, al recordar su lucha, su compromiso, su manera de estar como uno más de los trabajadores con sus hermanos, generaba una empatía con el momento que estamos viviendo. Si bien, esta misa se lleva adelante todos los años, este año al estar a 2 días de esta represión que desató esta tiranía dictatorial de Milei-Bullrich, de alguna manera era como recargar las baterías y reafirmarnos en que acá no se rinde nadie; en que vamos a seguir luchando, en que la PATRIA NO SE VENDE, y que nuestro Pueblo sigue con un alto grado de voluntad de lucha. Por lo tanto, esto cobra una significación superlativa. En un momento donde algunos se quieren encargar de bajarnos los brazos, de quebrar nuestra espiritualidad popular, de desgastar este ímpetu se tuvo el otro día en una jornada heroica de un pueblo que no se resigna a que nos saqueen, ni a que hambreen a nuestro pueblo.» Agradecido con la oportunidad del encuentro con otros, agregó: “Celebramos el encuentro en esta misa, celebramos la posibilidad de que este hecho nos siga dando fuerzas a todos, uniendo la fe y la lucha, la fe y la pelea cotidiana. Y, además, esta misa demuestra que por más que quieran venir con todo el aparato represivo del poder fáctico, que tiene como títeres a este gobierno de Milei-Bullrich; este Pueblo va a seguir peleando y reafirmando LUCHAR HASTA VENCER”.
Fuente: Radio Rachuelo