Santa estrategia papal: elevar la periferia para transformar el centro de poder

Francisco sanó una injusticia, desplazó a la Catedral porteña y puso de vuelta a Santiago del Estero como la iglesia primada. La elección de la cúpula de la iglesia. El tablero vaticano en acción para transformar la Argentina y la región. El regreso se palpita.

Santa estrategia papal: elevar la periferia para transformar el centro de poder

“Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires” es una conocida frase popular de sintética y profunda sabiduría. Raúl Alfonsín, el primer presidente tras la última dictadura militar argentina, intentó descentrar a la Capital Federal y trasladar el centro de poder estatal nacional a la Patagonia. El Papa Francisco, como buen líder estratégico, empezó por su casa. En su propia organización pone las cosas en su lugar y lo hace con tiempo. El gesto más contundente para su patria en estos once años de papado ocurrió este lunes 21 de julio con una bula papal revolucionaria en lo conceptual y práctico, que significa una enseñanza para el mundo eclesial y secular.

Es que el Papa Francisco sanó una injusticia de casi 90 años al poner de vuelta a Santiago del Estero, madre de las ciudades, como la iglesia primada, y ya no la Catedral frente a Plaza de Mayo, en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires, desde donde él mismo salió a un cónclave que lo hizo obispo de Roma.

En febrero se realizó en la Santa Sede la canonización de Mama Antula.

En febrero se realizó en la Santa Sede la canonización de Mama Antula.

Santiago está en el foco del tablero eclesial mundial. Fue en febrero de este año cuando se realizó en la Santa Sede la ceremonia de canonización de la primera mujer argentina. Nada menos que Mama Antula, como la llamaban en quichua los pueblos nativos, a María Antonia Paz y Figueroa, la corajuda joven laica (no religiosa) que a los 16 años de edad tomó el hábito de los jesuitas para no abandonar el legado de la Compañía de Jesús, una vez expulsados y perseguidos en América.

Bergoglio, más porteño que el tango, volvió a conmocionar a la iglesia que lo parió, y como tsunami esas olas impactaron en otras costas como la élite empresarial, la política, el sindicalismo y las organizaciones sociales que interactúa con la jerarquía eclesial, los obispos, sobre todo quienes están ubicados en el centro del poder, Buenos Aires.

La decisión era una deuda histórica. El tema es cuándo Bergoglio toma la determinación y con la mirada puesta a distintos ángulos.

Francisco se tomó once años y medio. Un tiempista el hombre. Habiendo tolerado diez años de arzobispo a quien hizo cardenal y que en el tiempo no respetó su legado, tampoco al clero local y a los creyentes de a pie. Mario Poli congeló la tan vital primavera del primer Papa jesuita. Historia pasada pero reciente que no se puede obviar.

Bergoglio, más porteño que el tango, volvió a conmocionar a la iglesia.

Bergoglio, más porteño que el tango, volvió a conmocionar a la iglesia.

De allí que el Pontífice, para “descongelar” la iglesia porteña, optó hace un año por el eléctrico Jorge Ignacio García Cuerva, forjado en el ambiente eclesial sanisidrense. Sin embargo, no fue lo único en el tablero eclesial que movió. Para la gran urbe argentina, tan propensa al pecado de la corrupción, Francisco entregó el báculo espiritual, a un santo en vida. Luis Dri, el príncipe pobre y tenaz confesor, a los 96 años fue designado cardenal, el cargo honorífico más alto que puede dar un Papa.

También fueron llamados ese 9 de julio de 2023 (Día de la Independencia, detalle de peso simbólico) a recibir el birrete rojo nada menos que dos cordobeses: Víctor Manuel “Tucho” Fernández, su hombre de confianza para encarar su segunda fase de gobernanza vaticana, y Ángel Sixto “Ballín” Rossi, el jesuita que lidera el otro gran centro de poder, la provincia de Córdoba, otra plaza estratégica de la “orga” de Dios que se necesita revolucionar, tras veinte años de una iglesia conducida sin parresia frente al pueblo sufriente.

Para “descongelar” la iglesia porteña, el Papa optó por Jorge Ignacio García Cuerva.

Para “descongelar” la iglesia porteña, el Papa optó por Jorge Ignacio García Cuerva.

Entonces para resucitar a Buenos Aires debe bajarle el ego. No es cuestión de nombres individuales. Es una espiritualidad de las grandes urbes que concentran riqueza, “y el diablo se mete por el bolsillo” asegura el Papa, que siempre combate su propio ego replicando el modelo de Jesús. Por eso nos enseñó que siendo cardenal y arzobispo andaba en la mula de las ciudades, el transporte público, y otros gestos de austeridad y cuidado como no usar teléfono celular, pastorear las villas, hospitales, cárceles, peregrinar con el pueblo y sobre todo una economía interna no liberal donde el dinero del Vaticano, y antes en Buenos Aires, es usado para servir. Por eso enfoca los presupuestos en el cuidado y las tareas del clero, pero sobre todo en los más pobres, acompañando el combate al propio ego con mucha oración, adoración del santísimo y confesión que le permitía un discernimiento puntilloso en una conexión directa con el WhatsApp de Dios.

Una decisión que anticipa hechos trascendentales

Santiago del Estero, iglesia primada además anticipa dos hechos trascendentales: su regreso y la renovación de la conducción de los obispos.

Francisco viene hablando del regreso como nunca. La serie de reportajes a medios de comunicación locales, el año pasado, y decir que quiere ver al “pueblo sufriente” son gestos inéditos sumado a la designación de tres cardenales argentos y, por supuesto, a otra acción conmocionante para la estructura eclesial, cuando desplazó a Gabriel Mestre, el arzobispo de la capital de la provincia más grande, La Plata.

Entonces Francisco a los gobernadores de la iglesia, los obispos, los está orientando porque se viene la elección secreta y que nadie habla en los medios de comunicación. Para noviembre Óscar Ojea, obispo de San Isidro termina su gestión de siete años en la conducción de la Conferencia Episcopal Argentina, la llamada CEA por su sigla. Bergoglio está atento, sobre todo, a su mesa de conducción, la ejecutiva, con un presidente, dos vice y un secretario general.

Óscar Ojea finaliza su gestión en la conducción de la Conferencia Episcopal Argentina.

Óscar Ojea finaliza su gestión en la conducción de la Conferencia Episcopal Argentina.

Por eso el hombre vestido de blanco está haciendo un verdadero quilombo, no un lío, porque quiere una Argentina desde la periferia y sabe que esto también tiene un impacto regional, puntualmente en el CELAM, que agrupa a todos los obispos de América Latina con un espíritu de eclesialidad cada vez más avanzada en un gobierno no sólo de los “bonetes” sino agrandando con laicos, jóvenes, curas y religiosas.

Bergoglio piensa primero en el pueblo y en la tierra sufriente. Desde allí sanar los centros y hacer un país para todos. Las élites eclesiales, políticas, sindicales o empresariales siguen sin ver con amor a la Red Eclesial Gran Chacho y Acuífero Guaraní. No escuchan el clamor del Equipo de Pastoral Aborigen, ENDEPA. No es su necesidad combatir la venta de niños, mujeres, el tráfico humano para la explotación laboral y sexual. Mientras, siguen dando la espalda a las villas donde sobreviven millones entre el crimen y las adicciones como única forma de vida. Las élites no transforman su corazón. Los territorios son solo ganancias y los pobres mano de obra.

Jesús no rompía la caña quebrada, ni apagaba la mecha humeante. Francisco sigue ese camino.