La iglesia digital: memes en IG, podcast, más laicos, monjas y curas tiktokeros

Desde el Vaticano llegó monseñor Lucio Ruiz para samaritanear las redes. C5N lo entrevistó en una fiesta, dentro de una iglesia cordobesa, de los evangelizadores digitales.

Por Lucas Schaerer

La iglesia digital: memes en IG, podcast, más laicos, monjas y curas tiktokeros

@evangelizameme es humor puro. Así evangelizan por Instagram un joven argentino del Conurbano bonaerense, una chica de Republica Dominicana y un adolescente peruano.

La iglesia vieja y joven a la vez. Un cuerpo espiritual y encarnado de antiguas como profundas raíces de la humanidad que se renueva en la nueva Era de la civilización: el mundo digital.

C5N.com envió a este cronista a conocer de cerca, como ningún otro medio argentino, la estructura comunicacional en las redes de la iglesia argentina, que no es cualquiera: es la primera latinoamericana en dar un Papa. Por eso en la provincia de Córdoba, corazón territorial argentino, estuvimos en su capital el pasado sábado 20 de julio entrevistando al hombre más decidido del Vaticano en la evangelización digital.

Lucio Ruiz es el segundo en el Dicasterio de la Comunicación (el ministerio de la prensa vaticana). Este monseñor anduvo en Córdoba como uno más. No estuvo en cócteles, ni hoteles de lujo. Tampoco su vestimenta era de un príncipe romano de la iglesia. El obispo Ruiz a pie y con otros andaba entre la sede del arzobispado cordobés, donde se realizó el II Encuentro Nacional de Evangelizadores Digitales, hasta la parroquia el Buen Pastor, donde concedió la entrevista antes de iniciarse la fiesta de todos los creyentes, religiosos o laicos, que predican en modo virtual.

“El pueblo de Dios, en especial los jóvenes, naturalmente empezaron a evangelizar cuando empezaron las redes”. Así inició monseñor Ruiz la conversación para explicar que no nació de una idea, si no que la evangelización en las redes virtuales es la vida misma.

Para el Vaticano, el mundo digital fue un cross a la mandíbula. Cuando el Papa Francisco convocó al Sínodo de la Sinodalidad, los creyentes empezaron a interpelar: “Mucha gente, de muchas partes del mundo, golpeaban nuestras puertas para decir si nosotros no vamos a hacer nada en redes”, entonces este clérigo, con más años en la Santa Sede que en Argentina, remató: “Tenemos mucha parte de la iglesia que no está en las iglesias. No está físicamente en los templos, en los colegios”.

Si el Pontífice convocó a la escucha de toda la iglesia como van a dejar de lado las redes. De allí que se puso a trabajar Ruiz con su equipo en el Dicasterio de la Comunicación para presentar un proyecto al Sínodo, que surgía de los mismos jóvenes, del territorial virtual, para sistematizar lo que allí se comunica. Entonces el Sínodo aprueba el proyecto y se inicia este camino.

La cuantificación ayuda a concretizar el universo que se habla. En el año 2022, en tan sólo dos meses y medio, participaron 250 influencers, se respondieron 250 mil cuestionarios, y un tercio era gente no creyente o alejada de la iglesia. Algo muy fecundo.

Un nuevo continente apareció. La iglesia descubrió la existencia de toda esta gente en todo el mundo. Ocurría en la iglesia, pero la institución no lo sabía, o no lo tenía presente. La periferia virtual (ya no existencial o espiritual como dice Francisco) llegaba al Vaticano.

“Empezamos con tres proyectos pilotos, fase uno con 250 personas, y ahora vamos 2500 influencers de todas partes del mundo, hasta chinos“, explicó el obispo.

La autonomía es una esencia de lo virtual. Cada uno es la institución. Por eso realizar un encuentro presencial es clave para tener un hilo, muy sutil, que una a todos en una “misión digital”.

Los participantes del Sínodo de la Sinodalidad en el Vaticano se reunieron, en octubre del año pasado, casi un mes. De allí se elaboró un documento donde en el capítulo 17 se lo dedicó a “la misión digital”. Entonces los obispos descubren a los jóvenes y no tan pibes. Van despacio, pero sin demora. Para ordenar o gestionar la misión. Surgieron consultas. Ahora los influencers católicos deben responder. Se inicia un capítulo desafiante, por lo novedoso en el capítulo misionero de la iglesia.

“En el continente digital estamos todos, por eso todos necesitamos una nueva misión, para descubrir al Señor en nuestra propia vida”, añadió Ruiz mientras él mismo sostiene el celular que grabó este reportaje.

En África la evangelización digital para el monseñor vaticanista “el trabajo es precioso. Es muy grande. Los africanos hicieron un trabajo sistemático. Para encontrar uno de cada uno de los países del continente. Es pequeño como realidad singular pero muy extendido para caminar todos juntos. Pero también tenemos Asia, con Filipinas, Corea, China hasta la India se está incorporando”.

Es significativo el mundo oriental. Francisco para inicios de septiembre, del 2 al 13, está realizando su visita pastoral de mayor tiempo en estos once años que lleva su papado, que incluye Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Leste y Singapur.

El teólogo porteño, Agustín Podestá (conocido en IG por @hablemosdeteologia), presente en Córdoba, afirmó a este cronista que “la gente con su celu empieza a evangelizar. Acá la iglesia jerárquica acompaña. No inició, ni dirige. La lógica es inversa a lo habitual”.

Samaritanear las redes

Las redes nutren de mucha frivolidad. La evangelización busca otro carisma. El consumo de los cuerpos, mostrarse hipererotizados, el glamour del vulgar lujo, es una constante en las redes. De allí que la iglesia quiere hacer un trabajo como pide el Papa: “salir para buscar a los más lejanos, como primer anuncio, pero acompañando a la gente que sufre. Samaritanear las redes”, largó monseñor Ruiz.

La pandemia del covid cambió las costumbres comunicacionales del Papa y a miles de millones de católicos. Las redes se potenciaron. El encierro fue total. Dios continuaba por otros medios. Cientos de sacerdotes predicando el Evangelio por audios de WhatsApp. Los altares fueron los celulares que conectaban con sus propias redes u otros teléfonos de los encerrados por la trasmisión del mortal coronavirus.

“Nos dimos cuenta que esto es una cultura. No un instrumento. Es un espacio donde encontrar a los otros y sujeto de una misión. Porque si el instrumento se usa, la cultura se habita. Si el instrumento se aprende a usar, la cultura se aprender a vivir. Si el instrumento se usa para sí, la cultura se comparte con los otros. El instrumento necesita especialista, la cultura nos involucra a todos”, reflexionó como payador del siglo XXI el jerarca vaticanista.

Crecía el bullicio de la gente que se acercaba a la fiesta 2.0 para fraternizar el II Encuentro Nacional de Evangelizadores Digitales. La entrevista se realizó dentro de la inmensa iglesia el Buen Pastor, ubicada en el barrio Nueva Córdoba junto al Paseo del Buen Pastor que detrás tiene una gran fuente de agua con juego de luces y música muy cerca de la neogótica e inmenso santuario Franciscano Sagrado Corazón de Jesús.

Monseñor Lucio Ruiz venía de otros encuentros con evangelizadores digitales, como en Colombia (con gente de toda la región), Brasil en Aparecida, y Paraguay con el encuentro latinoamericano de la Juventud, y volvió a Bogotá por el encuentro de las comisiones de la Comunicación. Se dedicó dos semanas y media a la misión digital en América.

Ahora se unen los ministerios papales para encarar el continente virtual: Comunicación, Educación y Cultura, la Evangelización y el Sínodo. Todo con el objetivo nuevo y antiguo: el amor que sale a buscar al sufriente, al más alejado, al que necesita. Samaritaneando el mundo virtual.

“No es lo mismo digitalizar la pastoral, que es pasar la misa por las redes, el Rosario, las conferencias, en formato redes. Eso no es suficiente para una cultura nueva. Por eso hacer una pastoral digital que respete el lenguaje del misionado, el tiempo, su dinámica y narrativa de estos nuevos lugares”, cerró el dialogo con este medio. Porque se venía @tocoparadios, la banda de cumbia nacida en Río Cuarto, que agitó con la reversión de los cancioneros parroquiales.