La iglesia pre-conciliar ve caer a un soldado con sotana: ¿Ravasi actuaba solo?

El cura que propició el encuentro de diputados libertarios con represores fue ocho años protegido por un obispo de familia terrateniente que ahora lo rechaza. Cae el más mileista de los curas, pero ¿quiénes están detrás?

Por Lucas Schaerer

En el agobiante verano porteño el núcleo de poder estaba activo como no ocurría hacía décadas. Recién un mes de gobierno llevaba Javier y Karina Milei. En un elitista departamento de la avenida Alvear, muy cerca de la embajada papal llamada nunciatura, en el barrio porteño de Recoleta, el actual jefe de gabinete nacional, Guillermo Francos, se reunía a compartir el pan y el vino con siete obispos, los gobernadores eclesiales de la iglesia católica. Entre ellos estaba Pedro María Laxage, a cargo de pastorear la diócesis de Zárate-Campana, que incluye esas localidades y además Escobar, Baradero, San Antonio de Areco, Exaltación de la Cruz, Baradero y la más elitista, Pilar.

En su flamante comunicado, el obispo Laxage se desprende públicamente de Javier Olivera Ravasi, el sacerdote del escándalo por la campaña para la impunidad de los genocidas del terrorismo de Estado. Lo que omite el texto publicado en la página oficial de la diócesis es la identidad de quien escribe, se supone que monseñor, pero sólo dejó un usuario de una red social del obispado.

“Se concedió cuatro meses”, “retomó sin aviso”, “se le pidió cambio de actitud y comportamiento”, “no tiene autorización para residir en esta diócesis”. Todo esto dice el comunicado oficial del obispado que viene luego del recibimiento del titular y segundo de los obispos, Óscar Ojea y Marcelo Colombo, con militantes de organismos de derechos humanos, donde le plantearon las quejas por Olivera Ravasi.

Laxage, de origen familiar terrateniente poseedores de miles de hectáreas, no es creíble para sus propios pares y menos para el Papa Francisco, la persona que motorizó, primero que ninguna otra autoridad de la iglesia, el repudio a una campaña que busca el olvido, la mentira y la injusticia de lo actuado en la última dictadura militar.

Para un sacerdote, sea Ravasi Olivera o cualquier otro, es imposible autoasignarse tareas, o sea una misión pastoral en una iglesia. El conocimiento y autorización lo otorga el obispo. Para nadie del clero y laicos activos de la diócesis Zárate-Campana era desconocido el cura preconciliar. Desde el 2016 estaba activo en Escobar. Ha dado misas dominicales para familias ricas de barrios cerrados con la presencia de Laxage, además desde hace años participa de las reuniones de sacerdotes del decanato (agrupamiento de diez parroquias en el territorio) de Escobar, en algunas incluía al obispo Laxage y otro obispo, donde vertía sus justificaciones preconciliares como argumentos a favor del gobierno de los Milei.

También omite monseñor Laxage que su protegido, ahora abandonado, Olivera Ravasi, fue nombrado capellán del colegio católico “Sede Sapientiae”. Es decir, al lado del country San Benito, donde en la capilla celebra misa en rito tradicional, para esas funciones de párroco “ad personas”, es decir, no territorial pero sí para todas las personas que participan allí desde 2016.

Laxage busca atenuar su situación públicamente, pero no va poder hacerlo internamente. Entre otras está el decreto de permiso de residencia de su parte. También se suma a esa protección el obispo auxiliar, Justo Rodríguez Gallego.

En la provincia de Mendoza, puntualmente la diócesis de San Rafael, de donde llegó Olivera Ravasi, también debe dar explicaciones de la vigilancia sobre su sacerdote preconciliar. Ese enclave territorial eclesial es otro problema desde hace décadas para la iglesia por sus posturas contrarias al Concilio Vaticano II.

Allí había nacido el Instituto del Verbo Encarnado (IVE) disuelto por el Papa Francisco tras escándalos por abusos sexuales. De ese semillero es Olivera Ravasi que luego armó la comunidad San Elías, hoy integrada por ocho sacerdotes formados en esa misma espiritualidad guerrerista.

Un ambiente elitista con familias ricas ha sido el trampolín desde donde cayó el soldado con sotana. ¿Era él solo o se esconden muchos otros con menos exposición?