El apriete judicial-policial que sufrió ayer a la noche Fernanda Miño y su familia por supuesto que tiene en las sombras una terminal política.
Nadie puede ser tan ingenuo de pensar que policías encapuchados ingresan sin aval político a la casa familiar de una ex secretaria de Estado nacional, quien fuera concejal de su distrito y es una laica activa que hace dos días organizó y encabezó una oración ecuménica por la paz, en plena Plaza de Mayo, que trascendió hasta los propios medios del Vaticano.
El pelotón de policías encapuchados, sin causa notificada a Miño, ingresaron de manera ilegal a la casa de Miño en villa La Cava, municipio de San Isidro, donde vive con su esposo y sus hijas.
Miño ayer a la noche estaba fuera de su casa porque había ido a un programa de televisión de alcance nacional a denunciar las obras paralizadas por el Estado nacional y el avance del narcotráfico en los barrios.
Además Fernanda el día lunes 7, por la mañana, fue organizadora y rezó junto a un rabino, un musulmán, un evangelista y un monseñor, a los pies de un Olivo plantado por Jorge Bergoglio, en Plaza de Mayo. Ese día llamó la atención que un efectivo policial recavó los datos personales del esposo de Miño, hizo fotos a los presentes en la oración e insistió con reiteradas preguntas, en el marco de la oración por la paz pedida por el Papa Francisco. Miño es catequista y una laica activa, fue concejal de su distrito, y del 2019 al 2023 fue secretaria de Estado nacional a cargo de las obras de integración sociourbana de los barrios populares que nacieron de una ley nacional.
Es evidente que las fuerzas del mal quieren las llaves del cielo pero actuando de esa manera dificilmente las alcancen.