Un retrato de Robert Prevost, el papa León XIV. La paz, su antecesor Francisco, la sinodalidad y la Virgen de Pompeya, ejes en su primer discurso.
Por Lucas Schaerer

El continente americano coronó Papa por segunda vez y de manera consecutiva. También se suma algo muy novedoso: Robert Prevost es el primer pontífice de las redes, activo usuario de X. Además un yanqui que es amigo del pueblo amazónico y de sus miembros en la Conferencia Eclesial Amazónica, que se nacionalizó peruano de tanto curtir entre ceviche y selva. Además es un ferviente defensor de los migrantes, un verdadero anti-Trump que en su último posteo en X crítico las deportaciones masivas junto a Bukele.
Prevost fue catapultado por el Papa Francisco como jefe de la Comisión Pontificia de América Latina, donde trabajó con la teóloga argentina y segunda de la CAL (Comisión para América Latina), Emilce Cuda. Luego el Papa jesuita lo llevó al Dicasterio que selecciona los obispos, allí compartió trabajo con otra argentina bergogliana, Lía Zerviño, que presidió la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas (UMOF).
León XIV es continuidad del fundador de la encíclica social y por los trabajadores “Rerum Novarum (de las cosas nuevas)”. Otros hablan de fray León, el mejor amigo de San Francisco de Asís.

Se dice que Prevost tiene un conocimiento capilar de Latinoamérica. Esto lo vivió el mundo al verlo y escucharlo hablar en castellano desde el balcón de las bendiciones de la Basílica de San Pedro, para recordar su anterior diócesis Chiclayo, ciudad al norte peruano, muy cerca de Ecuador y sobre el océano, que fuera fundada hace 465 años por los franciscanos.
El eje de la paz fue central. Lo primero que rogó. Siendo él estadounidense demostró que va batallar contra la carrera armamentista. Ya no es un Papa que pueden acusar de peronista o izquierdista. Ahora es un miembro de la orden de los agustinos y norteamericano.
Fue fuerte su reivindicación del Papa argentino. Veremos dónde se aloja. Esperemos que evite el Palacio Pontífico. Es buena señal su cruz pectoral de plata, no de oro, y quedará por verse su primera salida del Vaticano. Algunos ya soñamos que sea el fin del mundo.

El tercer eje de su homilía ante el santo pueblo fiel de Dios en el Vaticano fue la sinodalidad. Este proceso es el más profundo de transformación de la Iglesia, donde pone a todos los bautizados en debate para madurar una diversidad reconciliada.
León XIV cerró con la oración a la Virgen María y en especial a la advocación de Pompeya, la Virgen que en Argentina tiene un santuario centenario donde fue bautizado Diego Armando Maradona, y donde confiesa todos los días el cardenal fraile capuchino de 98 años, Luis Dri.
En la cancha se ven los pingos. Veremos el andar del Papa que vino.
Fuente: C5N