El arzobispo porteño señaló a C5N que “el trabajo es el gran ordenador de la vida sociedad” y pidió “no bajar los brazos, no resignarnos a que los argentinos debemos vivir mal”.
Por Lucas Schaerer
“Vamos a bendecir todas las herramientas de trabajo, pero empezando por las manos. Son nuestras primeras herramientas de trabajo”. Parado en la avenida Rivadavia, carril sentido al centro de la Ciudad, el arzobispo porteño Jorge Ignacio García Cuerva se encuentra rodeado de banderas del sindicato de la economía popular, conocido por la sigla UTEP, del grupo de laicos Misioneros de Francisco y dirigentes sindicales.
El clérigo envió un mensaje evangélico y claro, político pero no partidario por supuesto, sobre que “todos tenemos el compromiso de construir un país más justo, mejor, para todos. San Cayetano es el patrono de todos, es el patrono del pan y el trabajo. Está en las entrañas más profundas de todo el pueblo argentino. No es un santo de un partido político, o un sector social. San Cayetano no le pregunta a nadie a quién vota. Al igual que la peregrinación a Luján, convoca a todo el pueblo”.
C5N habló con el arzobispo porteño minutos antes de realizar la bendición a los trabajadores, en la previa a su movilización y acto en Plaza de Mayo y ante una situación social a la que describió como “muy difícil”.
“Es lo que todos sabemos y experimentamos. Hay algunos índices que mejoraron, como el inflacionario, otros que han aumentado como la desocupación, pero por eso más que nunca debemos seguir adelante, no bajar los brazos, no resignarnos a que los argentinos debemos vivir mal. El trabajo es el gran ordenador de la vida sociedad como lo dice la doctrina social de la Iglesia, junto a una educación de calidad para los sectores más humildes”.
Pasada las 8.30, de este miércoles 7, el obispo villero y vicario general, Gustavo Carrara, con un micrófono de la radio “FM Riachuelo”, que amplificaban parlantes colocados en la parte trasera de una camioneta, empezó la prédica con el Evangelio del día. El buen samaritano fue el eje. La mano amiga que asiste el caído. Entonces Carrara dio paso al pastor evangélico, Diego Mendieta, que habló del “sistema injusto e inhumano que trata de romper los lazos de solidaridad del pueblo” y pidió la bendición de paz, pan y trabajo para todos.
Fue entonces que el micrófono pasó al arzobispo García Cuerva quien bendijo a los trabajadores y sus herramientas de trabajo, ollas populares, rastrillos, palas, pelotas de fútbol, entre otros materiales, y volviendo a repetir su mensaje de unidad entre todos pese a las diferencias ideológicas o partidarias, resaltando que “San Cayetano no es el santo de un sector social o político”.
El agua bendita impactó en la cabeza y el pecho de una decena de militantes, dirigentes sindicales, creyentes y cooperativistas que se ponían minutos después en camino, por avenida Rivadavia, hasta Plaza de Mayo donde tienen previsto a partir de las 13 horas realizar un acto contra las medidas de ajuste económico del gobierno nacional.