La desigualdad en tiempos de coronavirus

Se término el 2020 y a diferencia de la creencia popular de “Año nuevo, vida nueva” no es tan así, el cambio de calendario no da una solución a los problemas sino que los arrastra y en el comienzo de este 2021 de nuevo se habla de que todo se paralice una vez más.

Por Matias Varas

Se creía que la segunda ola del Covid-19 llegaría al país en marzo, pero en los últimos días se habla que su llegada se adelantó  y se plantea  nuevas medidas como el toque de queda sanitario o la vuelta de ASPO (Aislamiento Social Preventivo y obligatorio).

Es difícil  oír estas palabras y no pensar en sus consecuencias a los sectores más  vulnerables, a los trabajadores dependientes del día  a día que no cuentan con la posibilidad de sueldo fijo mensual o quinsenal.

Si bien el año pasado las organizaciones sociales, Comedores comunitarios, iglesias, centro culturales, sociedades de fomentos, entre otros actores sociales, fueron pilares fundamentales para sostener a un gran número  de vecinos azolados por la pérdida de su poder adquisitivo, no debería  ser éste el único respaldo para un sector que lamentablemente de a poco crece. De más está  decir que sin su intervención la crisis hubiese sido mucho peor.

Desde los medios masivos de comunicación se resaltó el poco cumpliento de la cuarentena en las zonas populares, un claro ejemplo de esto fue el informe de Telenoche titulado “Conurbano Rebelde: Solano, el lugar donde no existe la cuarentena”. Sin mediar en el por que de esa situación, sino que simplemente ya se los tilda de rebeldes, de incumplidores de una ordenanza nacional.

Desde marzo del 2020 que el ASPO dio lugar en el país, si bien en los primeros días acato la medida, fue insostenible en el tiempo para una sociedad que vive de lo que gana dia a dia, que si bien fue ayudada por el Estado, esa ayuda no fue suficiente sustento para aguantar meses aislados en los hogares.

A lo largo del tiempo fue insostenible el cumplir el ASPO para el conurbano bonaerense. Si bien una gran parte de estos sectores acataron las medidas restrictivas, (Entre un 40% y 45% según estudio  de la Universidad Nacional de General Sarmiento) hubo dificultades para llegar a cumplir de forma total los decretos dasarrollados por el Gobierno Nacional a causa de la pandemia por el coronavirus.

Dificultades para el cumplimiento del ASPO

Según un estudio realizado por la Universidad Nacional de Sarmiento se detalla cuáles  fueron los principales obstáculos que la población de bajos recursos tuvo para no realizar un cumplimiento total del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.

Una de las mayores dificultades fue la provisión de alimentos y medicamentos. Las familias no disponen de ingresos acumulados para comprar para muchos dias lo que obliga a salir a diario y a lo que se le suma los precios elevados en los comercios de cercanía tienen precios más alto o poco stock lo que obliga a esas familias a alejarse un poco del barrio para no malgastar lo poco que tienen y a esto se suma la falta de entidades bancarias en los barrios.

Otro punto importante en el no cumpliendo de las medidas del ASPO fue el tamaño reducido y las condiciones deficitarias de las viviendas, asi tambien como a la falta de provisión de agua potable en el espacio. Es por esta razón que en muchos barrios del conurbano la idea de #QuedateEnCasa se transformó en #QuedateEnTuBarrio ya que en los asentamientos, en particular, no es posible sostener una cuarentena adentro de las casas.

Un tercer factor fue la economía familiar donde los trabajadores “No esenciales” vieron  sus ingresos discontinuados y debieron salir de sus casas por motivos laborales al no contar con el sustento necesario para abastecer las necesidades básicas.

El estudio menciona otro factor para nada menor, el cual fue la presencia de personas violentas dentro del hogar que obliga al resto a mantenerse fuera de la vivienda  y la dificultad de sostener el aislamiento por parte de personas con consumos problemáticos.

A pesar de que el estudio no lo nombra, cabe recordar que una de las mayores muestra de desigualdad en medio de la pandemia fue el acceso a la educación de los chicos (Leé la nota dedicada a este tema) ya que en muchos casos no pudieron acceder por falta de las herramientas necesarias para poder estudiar en virtualidad, es a causa de esto que muchas organizaciones sociales brindaron clases de apoyo para ayudar a esos niños y adolescentes.

Tambien cabe mencionar que las personas sin techo se vieron excluidos de está normativa porque no tenían forma de mantenerse aislados y protegerse de una enfermedad que no distingue clase social.

La emergencia sanitaria desnudo las desigualdad de un sistema capitalista donde muchas personas se quedaron fuera de una medida pensada para aquellos que tienen un sostén  económico para poder sostener una eterna cuarentena cuya crisis no fue peor gracias a la participación activa de organizaciones sociales y demás actores que no dudaron en echar su mano para apoyar a una población que a medida que avanzaba el tiempo se veía más ahogada.

Con todo esto nos cabe cuestionarnos si Argentina está  preparada para un 2021 paralizado tras un último año donde la economía de más del  50% de la población se vio afectada.