Los detalles de la convocatoria a la misa de este sábado 10 por la paz y la fraternidad nacional, en la Basílica de Luján, que busca blindar espiritualmente a la política de los violentos.
Por Lucas Schaerer
Dios está con los operadores de paz, no con quien usa la violencia.
Esa definición viene del argentino con mayor relevancia global. El Papa Francisco, como los obispos de la mesa chica de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), fueron inspiración para convocar y organizar la misa que se realizará el próximo sábado 10, a partir de las 13 horas, en la Basílica de Luján, provincia de Buenos Aires. No habrá movilización. Más bien es una convocatoria a la dirigencia partidaria, organizaciones sociales, gremiales, empresariales y otras religiones. En definitiva, que la eucaristía convierta en fratelli tutti, hermanos todos, como tituló el Pontífice a su última encíclica.
Bajo el manto de la Virgen gaucha, patrona de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner pidió realizar la misa que le propusieron los dirigentes de La Cámpora, Eduardo “Wado” de Pedro, ministro nacional del Interior, y Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense. Ellos habían recibido la noticia que los religiosos del grupo de Curan en Opción por los Pobres proyectaban una misa en la puerta del domicilio de la vicepresidenta. Por medidas de seguridad tuvieron que cambiar el lugar de la celebración religiosa en agradecimiento a la protección espiritual de la líder política. Entonces proyectaron en Plaza de Mayo. Finalmente se llegó a la conclusión que el mejor lugar es en la capital de la Fe, la única ciudad en Argentina construida alrededor de un templo, y que es la iglesia más visitada por el pueblo fiel de Dios en Argentina.
La propia Cristina se reconoce devota de la Virgen y cualquier persona puede ver que, en su despacho del Senado Nacional, detrás del escritorio personal, poco más arriba que su cabeza, cuelga una foto de ella y su marido tomada de abajo hacia arriba y de fondo las puntas puntiagudas de la basílica y un despejado cielo color celeste.
Que la Vicepresidenta salvara su vida de las dos veces que gatilló Fernando Sabag Montiel delante de su cara significó para creyentes, inclusive ateos, un milagro, algo sobrenatural, que algunos hasta atribuyen a la intervención celestial del fallecido esposo y ex presidente, Néstor Kirchner.
Para realizar la acción de gracias por Cristina ilesa y para buscar la paz y fraternidad entre todos los argentinos quienes se pusieron de acuerdo fueron el obispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheining, quien celebrará la misa y abrirá las puertas de la basílica para el encuentro, y el intendente de Luján, Leonardo Boto, encargado de distribuir las invitaciones de manera formal.
Hasta el presidente de la Nación Alberto Fernández está convocando a la misa por Cristina y la paz, según reconoció la vocera presidencial Gabriela Cerruti, quien añadió que la invitación alcanzó a todo el gabinete.
La fe y política se unen para agradecer a Dios del fallido magnicidio sobre la vicepresidenta de la Nación.
Otro de los dirigentes del peronismo católico es Emilio Pérsico, fundador del Movimiento Evita y secretario de Desarrollo Social de Nación, quien confirmó a este medio que recibió la invitación de La Cámpora y lo trasmitió el martes, a la noche, a la mesa chica de su agrupación. Mientras que el diputado nacional y ex embajador ante el Vaticano, Eduardo Valdés, está convocando a sus pares de la oposición y de la diplomacia. Por su parte, el secretario de Culto de Nación, Guillermo Oliveri, que arribó hace días del Vaticano, de un encuentro privado con el Papa y distintos funcionarios de la Curia Romana, reconoció para este artículo estar convocando a dirigentes de diversos credos.
Los católicos y admiradores de Francisco del peronismo están convocando a la celebración en agradecimiento a la Virgen de Luján por proteger a la Vicepresidenta.
“Los curas de las villas decimos que existen dos cosas que están en las manos de cualquiera. La droga y las armas. Por eso tenemos un montón de chicos caídos en nuestros barrios. Por eso si hay alguien que comprende de corazón lo que le pasó a la vicepresidenta Cristina es la gente de los barrios populares porque sufren esto todos los días”, aseveró el Padre Pepe, como llaman a José María Di Paola párroco de San Juan Bosco, en la Villa Carcova de José León Suarez, en el partido de San Martín. Pepe, tras los aplausos que lo interrumpieron el domingo 4, por la tarde, en la misa y celebración del Luna Park, ante 5 mil personas de los llamados Hogares de Cristo agregó: “Sabemos que la violencia no es el camino. Un amigo nuestro me decía Pepe suspendemos el acto. No señor tenemos que llenar el Luna Park para mostrar que existe un camino: la paz, la vida y el trabajo. Que suspendan quienes eligen el camino de la violencia y la droga”.
Desde el Equipo de Curas en las Villas de CABA y Conurbano, Nicolás “Tano” Angelotti de Puerta de Hierro y otras barriadas matanceras, hasta el Padre Lorenzo “Toto” Vedia, de la villa 21/24 de Barracas, confirmaron su presencia para rezar el sábado 10.
De la oposición aún nadie confirmó su presencia. Y algunos, como Patricia Bullrich, presidenta de Juntos por el Cambio, rechazó sumarse a la misa. Desde el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, juran que no recibieron invitación formal. Mientras que el radicalismo, como el senador nacional Martín Lousteau, el diputado nacional Emiliano Yacobitti, y su par, el médico Facundo Mannes (ausente por un viaje a la Patagonia) ya recibieron llamados para que vayan a la misa. La Coalición Cívica de Elisa Carrió cuenta en sus filas con el legislador porteño y católico practicante, Facundo Del Gaiso, amigo el sacerdote titular de la Pastoral Social porteña, Carlos Accaputo. Al cierre de este artículo no había recibido invitación formal, ni informal. Entre los secretarios generales de la CGT tampoco habían recibido invitación formal.
El sábado, a partir de las 13 horas, se verá quién comulga con la misa por la paz y la fraternidad a los pies de la Virgen de Luján.
Las armas las carga el diablo. Una frase popular que el Papa Francisco refuerza clamando: “Malditos los que fabrican armas. Malditos los que las venden”.