El sábado asume como nuevo arzobispo de la Ciudad con mandato por 20 años. Los detalles de la ceremonia en la Catedral, los invitados que asistirán y la primera misa que oficiará el domingo en Ciudad Oculta.
Por Lucas Schaerer
La Virgen de Pompeya protege al flamante arzobispo de Buenos Aires. Jorge Ignacio García Cuerva siente especial protección de su parte. Lo sabe y se lo dijeron. Él la visitó y rezó cada vez que camino a Roma, allí está el Vaticano, debía pasar por la Ciudad de Buenos Aires. Pero últimamente la imagen de la Virgen, en el Santuario del barrio que lleva su nombre en la ajetreada esquina de avenida Sáenz y Esquiú, se le apareció con insistencia, y sobre todo los últimos meses, cuando su nombre estaba en el discernimiento del papa Francisco para designarlo en el sillón de Rivadavia 415.
No es casual que sea la Virgen de Pompeya. “Es muy milagrosa”. Así lo define su Eminencia Reverendísima, el humilde fray capuchino, Luis Dri. El nuevo cardenal argentino, el primero nacido en la provincia de Entre Ríos, contó detalles de los alcances de la Virgen de Pompeya y su opinión sobre el nuevo arzobispo de Buenos Aires, a quien acompañará en la ceremonia por su nuevo cargo, el próximo sábado 15 de julio, a partir de las 14, en la Catedral frente a la Plaza de Mayo.
García Cuerva, que en estos días se sentía “los chalchaleros” de tantas misas de despedida, aún se está mudando. No es fácil el traslado de Río Gallegos, donde era obispo desde el 2019 hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La distancia es de poco más de 2.500 kilómetros. Sin embargo, pese a estar en plena mudanza y a poco de lanzar una nueva Era de la iglesia porteña, se hizo tiempo para algo vital: ir a los pies de la Virgen de Pompeya. Desde allí siente su nueva misión pastoral. Es en la periferia donde va hacer camino, los barrios populares, las cárceles, los hospitales, los geriátricos, los institutos de menores, el cementerio. A ella, la madre de Jesús, le reza y en el santuario en su honor es donde puede conversar con su hijo más anciano.
El fray de 96 años, en su oficina con un destacado cuadro de San Pío de Pietrecilna, recibió del nuevo arzobispo porteño el solideo de color rojo, la insignia de cardenal que le envió el papa Francisco junto a una carta. Fue este miércoles 12, por la mañana, el encuentro entre el sabio anciano Dri y el joven de 55 años García Cuerva.
Detalles de la ceremonia de asunción
A la tarde hubo cónclave en la curia porteña. Se ultimaron los detalles de la ceremonia de asunción que luego se fueron puliendo por la noche, y siguen por estas horas con los invitados.
Todos los caminos conducen a Alejandro Russo. Desde hace 12 años es el rector de la Catedral. Dos años con Jorge Mario Bergoglio y el resto con su sucesor, Mario Aurelio Poli. Es el custodio y ceremonial que lleva la voz cantante en el templo más importante de Buenos Aires. Conoce cada ingreso y cada recoveco. Su manojo de llaves rompe el silencio solemne de la iglesia cada vez que camina sus pasillos entre numerosos turistas atraídos por el altar donde predicaba el papa Francisco y la tumba del libertador, el General José de San Martín.
La ceremonia religiosa inicia el sábado a las 14 con García Cuerva caminando desde la entrada principal de Rivadavia a metros de San Martín, frente a la Plaza de Mayo, hacia su nuevo púlpito. Puertas adentro solo habrá religiosos y algunos pocos laicos. Por orden de antigüedad episcopal el primero que lo recibe besando su crucifijo (ideado en la villa La Cava de San Isidro) es el obispo auxiliar y provicario, Joaquín Sucunza. Las llaves de la Catedral serán entregadas por otro obispo auxiliar, Enrique Eguía Seguí, y luego el acetre, la copa donde va el agua bendita, es entregada por otro obispo auxiliar, Alejandro Giorgi.
En el altar estará una pesada Cruz junto a un cartel que es la gigantografía del emblema episcopal de García Cuerva, donde resalta el techo de chapa de una casilla villera, y habrá un sagrario especial.
El embajador del Papa, en términos vaticanistas llamado Nuncio, toma la profesión de fe y el juramento canónico para luego imponer el palio bendecido por el Santo Padre. Allí inician los cánticos en veneración a Nuestra Señora del Buen Ayre y San Martín de Tours, patronos de la ciudad.
La primera parte de la ceremonia, dentro de la Catedral, se estima que dura de 20 a 30 minutos. Luego de la jura, rezar al Santísimo Sacramento, y vestirse con túnicas de su nuevo cargo García Cuerva saldrá con los religiosos, entre ellos unos 60 obispos de todo el país que van a concelebrar con el nuevo arzobispo.
Una vez emplazado se realiza, ya fuera de la Catedral, la “fraternal obediencia”. Allí estarán dos presbíteros del clero secular, dos presbíteros del clero regular, dos monjas, dos hermanos de órdenes religiosas y dos consagradas no religiosas. Además, cuatro laicos, dos mujeres, una de ellas vecina de la Villa 21/24 y la presidenta de Acción Católica, y los varones uno adulto y otro joven.
Después comienza la misa. La ofrenda será entregada por los padres de García Cuerva. Un hecho atípico, ya que Bergoglio y Poli asumieron con más de 70 años y sus padres ya habían fallecido.
Para los trabajadores de prensa se pidieron acreditaciones previas para ingresar a una tribuna, en la calle, que seguirán la ceremonia por pantalla igual que el público. Muy similar al último Tedeum, el pasado 25 de mayo. Mientras que los invitados se van a ubicar, sentados, alrededor del altar, a los pies de las escalinatas de la Catedral, y una valla los va a dividir del pueblo fiel de Dios.
Los invitados a la ceremonia de asunción
Las invitaciones institucionales fueron cursadas desde el rector de la Catedral al gobierno nacional, de la Ciudad, miembros de la Corte Suprema Nacional y cuerpo diplomático.
El presidente de la Nación, Alberto Fernández, cambió un viaje al exterior para estar presente. Por su lado, la vicepresidenta Cristina Kirchner recibió en su despacho privado del Senado la invitación, como todo el Gabinete nacional vía el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, entre ellos el candidato presidencial, Sergio Massa. Lo mismo el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y sus ministros.
Entre otros invitados especiales estarán en la misa personalidades de los organismos de derechos humanos, de los movimientos populares y parlamentarios nacionales.
Los piqueteros de Dios
En las parroquias de toda la Ciudad se frenaron las actividades. Un virtual feriado de la fe este sábado y único por los próximos 20 años si Dios quiere. Todas las miradas de los católicos en el nuevo arzobispo. Es casi obligatorio ir a rezar junto a Jorge García Cuerva. No por una orden escrita. Fue una respuesta de la grey católica, desde las villas como en la 21/24 pegada al Riachuelo, pasando a los barrios de clase media y alta. Muchas iglesias ya contrataron micros y combis. Los piqueteros de Dios al movilizarse en estos transportes. Muchos van para quedar bien, otros lo siente de corazón.
“Quiero ser obispo de todos”. Es un latiguillo del nuevo arzobispo y su equipo de conducción del clero, los obispos auxiliares, entre ellos uno clave. Gustavo Carrara, que fue consagrado obispo villero junto a García Cuerva por orden del Papa en el 2017, está organizando a su estilo, con muy bajo perfil, la primera misa del arzobispo.
La villa como Lampedusa
Ciudad Oculta, una villa en el corazón de Mataderos, El barrio de los matarifes (ya quedan los restos del Mercado de Hacienda) que la última dictadura militar escondió entre muros. La villa quedó con ese nombre y allí donde irá a presidir su primera misa el obispo que viene del extremo sur. Será el próximo domingo 16, por la mañana, junto al joven cura villero, Gastón Colombres. La parroquia Nuestra Señora del Carmen (en los pasillos de la calle de tierra Hubac y Pilar) festejó toda la semana su novena, y el domingo realizará los sacramentos de la comunión y confirmación a mayores de 18. Luego el festejo del santo pueblo fiel de Dios con locro y festival.
La Ciudad Oculta marca la línea pastoral de la nueva Era. Ir a las periferias sociales y existenciales que la sociedad del consumo quiere ocultar, omitir y olvidar.