A falta de un certamen para cerrar el año calendario, la mayoría de los torneos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) llegaron a su punto final. En este resumen de TQH, te invitamos a conocer cómo se definieron las principales divisionales.
Por Julián Maciel
El 2020 será recordado por la aparición del coronavirus, una pandemia desatada a nivel global, que complejizó el andar social en el mundo, el cual tuvo que adaptarse a una nueva normalidad.
El deporte no fue la excepción. Los estadios vacíos, disciplinas paradas, instituciones sociales remando en aguas complicadas y entrenamientos virtuales pintaron un escenario inédito. Salvo por la vuelta del fútbol en todos los países y alguna que otra especialidad desparramada por ahí, todo sigue igual.
Bajo estos parámetros, la AFA decidió parar la pelota y ver cómo se procedía con el correr del tiempo. Una vez que las autoridades sanitarias otorgaron el permiso para la vuelta del deporte rey, la entidad de la Calle Viamonte reorganizó sus competencias. Fiel al estilo que pregonaron en los últimos tiempos, las medidas que (insólitamente) tomaron no detuvieron los momentos frenéticos y emocionales a los que las categorías menores, nos acostumbraron.
La Primera Nacional no fue la excepción a la regla. Con el discurso moralista de que “los partidos se definen en la cancha”, San Martín de Tucumán y Atlanta observaron como sus desempeños no valieron de mucho. Ahora, en esta nueva transición había que repetir la misma performance. De nada sirvió que el elenco norteño sacara una considerable ventaja ni que “El Bohemio” fuera el más regular antes del parate por el COVID.
En ese contexto, dos equipos se beneficiaron: Sarmiento de Junín y Estudiantes de Río Cuarto. Ambos se quedaron con las zonas campeonato A y B. Como consecuencia, uno subiría a la Liga Profesional y el otro tendría que luchar por el segundo boleto.
La cita fue el sábado 16 de enero, en Santa Fe, dónde el bando juninense se impuso por penales (4-3), tras el 1-1 final. Vicentini, arquero del Kiwi, le contuvo el último penal a Sepúlveda para el delirio de los bonaerenses. El vencedor volvió a la élite tras tres temporadas.
El estadio de Unión de Santa Fe le cayó muy bien al “Verde”. Su anterior retorno (2014) también fue en ese recinto.
Y si hablamos de canchas que son cábalas, la de Newell´s no se queda atrás. Quince días más tarde, Platense se enfrentó al “León” que pretendía revancha. Juan Manuel Llop, entrenador del Calmar, un ex leproso, volvió a hacer historia en su lugar favorito: condujo a los de Vicente López a Primera División luego de una larga agonía que duró 22 años.
Con un Jorge de Olivera determinante en el cotejo, “El Marrón” festejó por 4-2 por la misma vía que previamente amargaron a su víctima. En el tiempo regular firmaron tablas: 1-1 .
A pesar de los avatares narrados, los próximos niveles apelaron a una sensatez dirigencial más clara y concisa. Para explicarlo brevemente, aquellos conjuntos que se consagraron campeones del Torneo Apertura, es decir pre-pandemia se aseguraron un lugar en un duelo decisivo, en el caso de que otro oponente terminara en la primera posición en la etapa post-pandemia. Si se llegaba a ese round crucial, se dictaminó que se llevaría a cabo en el recinto del ganador del primer semestre, y de existir un empate se lo declararía como el campeón.
Como contrapartida, si el equipo del Apertura gobernaba esa nueva instancia, entraba en rigor el famoso Torneo Reducido que brindaba un segundo pasaje a una división superior.
Y Almirante Brown cumplió con la última condición mencionada, aunque pasó mucho tiempo desde ese día. El 27 de diciembre, en Isidro Casanova, “La Fragata” superó 2-1 a Acassuso y aprovechó los traspiés de sus perseguidores para sentirse equipo del Nacional después de 6 años de ausencia.
Uno de los que lucharon esa pelea fue Tristán Suárez. Apodados popularmente como “El Lechero”, la escuadra de Ezeiza escribió su página dorada más importante en su existencia. Con la sabiduría del técnico Anibal Briggeri (ausente por COVID, al igual que algunos integrantes del plantel), y el olfato goleador de Joaquín Molina, doblegó a San Telmo por 1-0 en Independiente, para jugar la Primera Nacional por primera vez en su historia. El 25 de enero será una fecha imposible de olvidar para los presididos por la familia Granados.
La Primera C guardó cierta relación con lo acontecido en la “B Metro”, en más de una cuestión. Sin embargo, vamos por el comienzo. Al revés de la superior, acá existió un cruce el 15 de enero: Cañuelas ante Real Pilar, que finalizó 0-0. En efecto, los de Zona Sur ascendieron, como su clásico rival, a una competición desconocida. Justamente, la que estos últimos dejaron a fin de mes.
El acompañante de “El Rojo” se llamó Deportivo Merlo. Y acá, seguimos estableciendo conexiones. “El Charro” revirtió el marcador ante Dock Sud, para vencerlo por 2-1, en el mismo terreno en el que Suárez celebró. El conjunto del Oeste tardó lo mismo en retomar que “El Mirasol”, por si buscaban otra.
En estas vinculaciones, llegamos a la última. Para desgracia del “Darsenero”, su eterno contrincante pegó el salto: San Telmo derrotó en penales (3-1) a Deportivo Madryn, luego de una aburrida igualdad sin goles. en un emparejamiento inédito por el quinto pasaje a la ex-B Nacional. Los involucrados llegaron con sendas derrotas en su lomo previamente,
El Candombero cortó con una espera de 43 años. ¿Y saben dónde llevó a cabo esa épica? Si pensaron en El Coloso del Parque Independencia, si dedujeron que fue donde “El Marrón” se desprendó de una mochila pesada de dos décadas, están en lo correcto. Otra perlita más.
El Torneo Federal A -que agrupa a los del Interior del país y de la Provincia de Buenos Aires- culminó una nueva edición llena de polémicas, denuncias por partidos arreglados, actuaciones arbitrales cuestionables y dirigentes con poder políticos consolidados con chicanas internas que provocaron que los sucesos históricos no sean dimensionados en su magnitud.
En el Monumental de Alta Córdoba (casa de Instituto), Atlético Güemes prolongó su racha victoriosa y aportó un nuevo hito a sus memorias deportivas: se estrenará en Primera Nacional, además cosechó su segunda escalada al hilo. En menos de dos años, avanzó del Federal B a estar a un paso del máximo nivel de nuestro fútbol. Algunas “malas lenguas” dicen que cuenta con favores del Consejo Federal (estructura que nuclea a los indirectamente afiliados, perteneciente a la A.F.A).
Lo cierto es que ese lunes 18 el destino estuvo de su lado. En un cara a cara intenso con Villa Mitre (Bahía Blanca), la lotería de los penales lo proclamaron como el mejor. Con el brasilero De Souza, como el héroe de la tarde, “El Gaücho” celebró por 4-2, tras un encuentro que no se movió del 1-1.
El compañero de los santiagueños es de Mendoza y su nombre es Deportivo Maipú. “El Botellero”, otro participante que demoró su escalada, ya que no la disputaba desde 1992. “Los Cruzados” aprovecharon una media hora inicial inspiradora para despachar al mencionado Deportivo Madryn por 2-0, en condición de local.
Y las mayores sorpresas se presentaron en la Primera D porque ninguno de los actores partían como favoritos. El gran batacazo llegó de la mano de Claypole, que contra todo pronostico y con desventaja deportiva viajó hacía General Villegas. Lo esperó Liniers, pero “El Tambero” (mismo mote que recibe Cañuelas) vivió un cuento que nunca imaginó. A los 94 del segundo tiempo, Emanuel Díaz transformó un penal en un día inolvidable que se venía aplazando desde 1998.
No obstante, el cimbronazo final lo cometió Atlas. Sí, aquel equipo del reality “Atlas, la otra pasión”. El mejor ejemplo de que jamás se abandona un objetivo. Un episodio, que lejos de las cámaras (pese a que las tuvo), fue el mejor cierre de temporada. Para dimensionar tal evento hay que explicar el panorama.
Las semifinales propusieron un mapa claro: dos candidatos ante dos adversarios que partieron de atrás. Por un lado, Sportivo Barracas se midió con Deportivo Paraguayo, y por el otro lado Liniers (que sufrió antes un duro golpe)contra nuestro equipo en cuestión. El pleito decisivo no figuró en los planes de nadie. Ni el hincha más esperanzado imaginó que Atlas y Deportivo Paraguayo animarían el decisivo plato fuerte. “El Marrón” se cargó a “La Topadora” y “El Guaraní” al “Arrabalero”. Ambos, por penales y con mismo tanteador: 6-5.
Hace una semana, en el estadio “Fragata Sarmiento” (Amirante Brown), el que mejor manejó la ansiedad y la presión fueron los de Néstor Retamar que supieron golpear a su adversario al inicio de cada tiempo. Valenzuela y Pérez, los Guerreros, que combatieron el anhelo de uno de los clubes más humildes de nuestro país protagonizaron el capítulo más conmovedor: La Primera C los espera para un nuevo show.
Finalmente, con el Torneo Regional Amateur en pleno desarrollo, que prontamente concluirá, la pelota podrá respirar mejor de un año que quedó marcado para ella y para nosotros.