Un rabino, un sheij y un cura casado oraron por el Sumo Pontífice desde una plaza en Villa Madero, en el partido bonaerense de la Matanza: “Cuando nos vienen a gritar, a pasar la motosierra, todas las religiones vemos que el Dios padre es amor, respeto y justicia social”.
Por Lucas Schaerer
Samuel, con la campera de Boca Juniors de 13, y Matías de 14 años eran el soporte de la imagen del Papa Francisco en cartón. El viento soplaba fresco y con ganas en la plaza del barrio 2 de abril, en Villa Madero, partido de la Matanza, este viernes 22 de septiembre, a la seis de la tarde cuando el día se iba apagando. Los pibes del merendero Papa Francisco, pegado a la capilla Nuestra Señora de América, fueron la alegría del acto por amor al hermano mayor de todas las religiones: Jorge Mario Bergoglio, que es defendido frente a los insultos del candidato a presidente y diputado nacional anarco-capitalista.
La imagen del Papa en tamaño real formó equipo con los religiosos que fueron a un barrio popular a orar por él, su salud y su magisterio que es la paz mundial y la hermandad de todas las religiones. Rodeados de vecinos matanceros, sobre todo mujeres y niños de merenderos y comedores, dirigieron unas palabras para la oración interreligiosa: el cura casado, Guillermo Shefer (miembro de Misiones de Francisco), el sheij Mahmud Aid de la mezquita Ash-Shahid, en la provincia de Tucumán, y el rabino Damián Karo, rector del Instituto Iberoamericano de Formación Rabínica Reformista con sede en Buenos Aires y San Pablo.
Con la imagen de la Virgen de Luján en brazos Shefer se paró delante de dos banderas, una amarilla de su grupo de laicos y otra musulmana. Allí tomó el micrófono para leer una parte de la encíclica Fratelli Tutti (hermanos todos) del Papa Francisco y decir que “él tiene el respaldo de Dios y de nosotros que rezamos por él como nos viene pidiendo de siempre, el rezo”, y súbitamente del publico salió la voz de una mujer: “Y hacer lío”. El cura casado sostiene que Bergoglio es “el pastor de toda la humanidad, no sólo de los católicos, es el Papa peregrino, de las periferias”.
Luego tomó la palabra el hombre de barba larga y kipá. “Nunca la solución es destruir. Por eso viene bien recordar la historia del hombre que, en un barco, hace un agujero en el piso de su camarote. Los otros van y le golpean la puerta para interpelarlo porque esa acción provocaría que todos se hundieran. Estamos todos en el mismo barco. Cuando nos vienen a gritar, a pasar la motosierra, todas las religiones vemos que el Dios padre es amor, respeto y justicia social. Acá en Argentina vivimos y podemos tener distintas tradiciones, pero somos hermanos unidos y justamente el Papa representa estos valores de la paz y hermandad”, predicó Karo que cerró con un salmo.
El sheij desde el sagrado Corán defendió al Papa diciendo que “también es un referente de los musulmanes y un orgullo para los argentinos. Entonces atacar a él es atacarnos a nosotros, por eso a Dios, Mahoma, Abraham y Jesús le pedimos que no permitan que estos ataques sigan ocurriendo. Acá vivimos en paz”.
El impulsor de la oración interreligiosa fue el musulmán de militancia radical alfonsinista, Alejandro Salomón, quien contó con el acompañamiento del subsecretario de culto del municipio. “Gracias a los hermanos de fe y lucha, sheij, rabino de venir a este barrio popular con almas rotas, gracias por acompañar la defensa del argentino más importante de nuestra historia”, aseguró Salomón y cerró con: “viva el Papa Francisco”.
Luego todos los presentes de la oración interreligiosa se fueron a pie al humilde merendero (funciona martes, jueves y ahora viernes) junto a la capilla. Allí las mujeres, con María del Carmen a la cabeza, hicieron y compartieron pizzas caseras. Samuel y Matías seguían haciendo de las suyas. Eran testigos de sus travesuras San Pío de Pietrelchina, San Antonio de Padua, y la Virgen de Guadalupe, ellos con sus imágenes pegadas en la pared del merendero donde se comparte la piedad popular, la militancia comunitaria y la comida.